Un pastel suculento que va a parar a una estructura enorme donde las prioridades no son precisamente enfocadas en los deportes para los que el guatemalteco realmente tiene capacidad y pueda destacar al más alto nivel«.
Hugo Castillo Aragón
Hace algunos días recibíamos con especial satisfacción la noticia sobre la participación del ciclista guatemalteco Jaime Chumil en la Vuelta a España y aunque se trata de una participación esporádica, porque solo otro nacional había participado en ese evento hace varios años, se reaviva a la discusión sobre: ¿si los atletas recibieran más apoyo, que pasaría?
No sé si la mayoría de los guatemaltecos lo sabe o se han enterado, pero el deporte de este país, en eterna crisis, tiene ciertas particularidades que lo hacen especial y una de ellas es recibir dinero de impuestos porque tiene una asignación constitucional que no es poca cosa.
Cae como anillo al dedo, a propósito de la participación de Chumil en la Vuelta, analizar porque un país con recursos casi ilimitados para el deporte tiene pocos buenos resultados a lo largo de la historia.
El deporte guatemalteco recibe el 3% del presupuesto general de gastos que se distribuye en el deporte federado, el alto rendimiento que es el Comité Olímpico Guatemalteco, así como la educación física y la recreación.
Un pastel suculento que va a parar a una estructura enorme donde las prioridades no son precisamente enfocadas en los deportes para los que el guatemalteco realmente tiene capacidad y pueda destacar al más alto nivel.
El dinero se distribuye de una manera poco lógica y siempre he pensado que se diluye, en el caso del deporte federado, en federaciones y asociaciones que deberían subsistir con dinero privado para dejar más asignación a las disciplinas para las que se ha demostrado que hay capacidad, por ejemplo, atletismo de fondo, deportes de contacto, tiro, ciclismo, halterofilia, boxeo en pesos bajos, por mencionar algunos.
Pero lo más dramático es que los entes que reciben el dinero constitucional pocas veces han trabajado bajo una misma política de desarrollo que tenga incidencia desde la etapa escolar hasta el alto nivel.
Los casos de éxito en su mayoría son esfuerzos individuales, apoyos esporádicos y generaciones espontáneas que van saliendo poco a poco y que cuando reciben alguna ayuda o ya están formados, o ya ganaron algo.
La estructura deportiva guatemalteca debe revisarse, y aunque es sumamente complicado reformar la Ley del Deporte para adaptarla a los nuevos tiempos, se necesitaría voluntad política pero también un cambio de mentalidad para entender que hay deportes en los que el guatemalteco tiene dificultades para sobresalir.
Siempre sostuve que en las tres medallas olímpicas que suma nuestro país, la estructura deportiva tal y como la conocemos tuvo muy poco que ver, porque en el caso de Erick Barrondo, tuvo serias dificultades y carencias en su etapa formativa que es cuando el atleta debe recibir el mejor apoyo.
Barrondo entró al programa olímpico guatemalteco cuando su formación estaba en la fase final y luego destacó en sus primeros eventos internacionales que le dieron visibilidad y por lo mismo recibió la atención de los medios.
Mientras que las medallas de Jean Pierre Brol y Adriana Ruano, son exclusivamente mérito de la Asociación de Tiro con Armas de Caza que ha peleado durante décadas para sostener un deporte exitoso y que en algunas épocas ha tenido serios problemas con los dirigentes de turno.
No olvidemos el caso del atleta Luis Grijalva a quien voltearon a ver hasta que destacó, pero en la estructura deportiva norteamericana que lo acogió y le dio las herramientas para destacar en un deporte complicado y es una gran esperanza para ganar medalla en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028.
Grijalva está en el más alto nivel y recientemente selló su boleto para el Mundial de Tokio que se disputará este año del 13 al 21 de septiembre.
Si me preguntan cuál es el problema que evita que el deporte avance más rápido, diría que esa mezcla explosiva que combina la política con el enorme presupuesto ya que muchos ven en esa estructura el vehículo electoral perfecto.
Por eso, debemos tener presente que el deporte guatemalteco tiene dinero a manos llenas y por lo mismo los resultados deben mejorar a todo nivel de forma constante. No hay de otra. hugocastillo68@gmail.com