Israel volvió a imponer esta semana un confinamiento parcial en algunas localidades para luchar contra un aumento de los casos de coronavirus, teniendo en el punto de mira a la comunidad árabe israelí, golpeada de lleno por esta segunda ola.
Cuando el virus apareció en marzo, solamente un 5% de los enfermos eran árabes israelíes, descendientes de los palestinos que permanecieron en sus tierras tras la creación de Israel en 1948 y que representan en torno al 20% de la población actual del país.
Pero según los últimos datos del ministerio israelí de Salud, 30% de los contagiados pertenecen en este momento a esta comunidad.
«No quiero darles miedo, pero decenas de ciudadanos árabes van a morir en las próximas semanas si no controlamos la epidemia» advirtió el coordinador nacional de la lucha contra el covid-19, el profesor Ronni Gamzu, quien indicó que cada día se registraban 750 nuevos casos de enfermos árabes.
«Habrá centenares de víctimas si los ciudadanos árabes no actúan de forma responsable» dijo esta semana durante un viaje a Daliyat al-Carmel, ciudad árabe cerca de Haifa (norte).
Medidas
Para intentar frenar la propagación del virus, las autoridades imponen desde el martes, y por una semana, un toque de queda en 40 localidades, donde las reuniones están limitadas.
- De estas localidades, 29 son árabes y las demás judías ultraortodoxas.
En ambos casos, estas comunidades están integradas por familias numerosas que viven en viviendas pequeñas, lo que explica un mayor índice de contagios, indica el doctor Zahi Saïd, un portavoz del ministerio israelí de Salud.
Error
Said destaca asimismo las reuniones sociales, que se siguen produciendo, y en especial las bodas, que son «la causa principal», pues en ellas no se respeta el porte de mascarilla ni las medidas de distancia social.
Para Abdelmoneim Fuad, portavoz de la alcaldía de Umm al Fahm, ciudad árabe del norte, las autoridades cometieron un error al cerrar hace un mes las salas de bodas, pues las celebraciones se producen ahora en la calle o en domicilios, donde es más difícil el respeto de las medidas anticoronavirus.
En lugar de anular las celebraciones, numerosos habitantes las han organizado allá donde el confinamiento no está en vigor o pocos días antes de que entraran en vigor las nuevas normas.
Frente al aumento vertiginoso de las contaminaciones — Israel registró 4,038 nuevos casos el jueves, una cifra récord– el gobierno se pronunciará este domingo sobre un proyecto de confinamiento nacional y casi total.
Pérdidas económicas
El ministerio de Economía ve con recelo la medida, pues puede hacer perder a la economía del país unos 1,000 millones de dólares por semana, disparando el desempleo.
Para Zahi Said, el desconfinamiento de la primavera (boreal), decidida precisamente para reactivar la economía, se produjo demasiado rápido, e incitó a la población a ser más descuidada ante el virus.
Pero para la «Lista unida» de los partidos árabes israelíes, el problema es sobre todo una falta de sensibilización hacia las localidades árabes.
«El gobierno es responsable de la situación sanitaria» han escrito sus responsables, criticando –igual que en la primera ola– la «lentitud» con la que las autoridades han implementado los tests de detección en el seno de la comunidad árabe, si se compara con el resto del país.