Dos grupos japoneses, Murata Manufacturing y Teijin Frontier, inventaron un tejido capaz de utilizar el movimiento para producir pequeñas cantidades de electricidad y destruir así microbios, virus y bacterias.
Llamado PIECLEX, el tejido tiene muchos usos, desde prendas capaces de poner fin a los olores corporales hasta equipos de protección como las mascarillas, muy necesarias en estos tiempos de pandemia.
La electricidad es producida por el estiramiento y la contracción del tejido, especialmente durante los movimientos habituales de una persona, en cantidades tan pequeñas que no pueden ser sentidas por el usuario pero que son suficientes para destruir las bacterias, microbios o virus que se encuentren sobre o dentro del tejido, aseguran ambas empresas.
«Somos capaces de prevenir la proliferación y de hacer inofensivas 99.9% de las bacterias y de los virus sobre los que lo hemos probado», aseguró a la AFP una portavoz de Murata.
Según ambas firmas, el tejido tiene un verdadero interés en productos como ropa deportiva, artículos higiénicos –pañales o máscaras– e incluso en aplicaciones industriales como filtros.
El siguiente objetivo es probar su eficacia frente al nuevo cornavirus.
Sin embargo, en la actualidad, las dos empresas tienen problemas para obtener el virus para realizar las pruebas, debido a las normas muy estrictas relativas a la gestión de las enfermedades infecciosas por parte de los organismos competentes.