Pekín, China
La mayoría de las empresas estadounidenses en China se están resintiendo de los aranceles de la guerra comercial entre Washington y Pekín, obligándolas a irse del país o a reorientar sus negocios, mostró una encuesta difundida este miércoles.
La encuesta de la Cámara de comercio estadounidense en China y su organización asociada en Shanghái describe un panorama sombrío para las empresas estadounidenses.
Tres cuartas partes de los 250 interrogados respondieron que el aumento de los aranceles está teniendo «un impacto negativo» en sus negocios porque éstos redujeron la demanda debido al incremento de los costes de producción y de los precios.
Casi la mitad dijo haber experimentado medidas de represalia no arancelarias en China desde el año pasado, con uno de cada cinco habiendo constatado un aumento en las inspecciones y una cantidad similar la ralentización en el despacho de aduanas.
Y el 14% se quejó de otras complicaciones derivadas del aumento de la supervisión burocrática y el escrutinio regulatorio.
Hasta el momento, las dos mayores economías del mundo se han aplicado recíprocamente aranceles a productos por más de US$360 mil millones.
La encuesta, elaborada del 16 al 20 de mayo, mostró que el 35% de las empresas pensaba adoptar una estrategia de «en China y para China», abasteciéndose en China y concentrándose en el mercado interno.
Pero más del 40 por ciento dijo que estaban «considerando o han reubicado» sus centros de producción fuera de China, siendo México y el sudeste asiático las alternativas preferidas para la fabricación.
Menos del 6% dijo haberse mudado a Estados Unidos o estar considerándolo, minando las esperanzas del presidente Donald Trump de que las empresas estadounidenses vuelvan a trasladar la producción a su país.