Empresa de EE.UU. toma control del Atlético de Madrid

  • El Atlético de Madrid ha entrado oficialmente en una nueva etapa de su historia tras confirmarse la adquisición de una participación mayoritaria del 55% por parte de Apollo Sports Capital, un poderoso fondo de inversión con sede en Estados Unidos especializado en el negocio del deporte global.

La operación, adelantada por Expansión, supone un cambio estructural profundo en la propiedad del club rojiblanco, aunque mantendrá al frente a sus actuales dirigentes: Miguel Ángel Gil Marín seguirá como consejero delegado y Enrique Cerezo continuará como presidente.

Detalles de la operación

Apollo Sports Capital: adquiere el 55% de las acciones del Atlético de Madrid. Quantum Pacific Group, propiedad del empresario israelí Idan Ofer, conserva un 25%, manteniéndose como segundo accionista.

Ares Management, otro fondo estadounidense, reduce su participación al 5%. Miguel Ángel Gil Marín mantiene un 10%, y Enrique Cerezo, un 3%.

La transacción refleja una valoración total del club que superaría los 1.200 millones de euros, según estimaciones del sector financiero, situando al Atlético entre las entidades deportivas más valiosas de Europa.

Un movimiento que consolida la tendencia global

El ingreso de Apollo Sports Capital confirma la creciente presencia del capital estadounidense en el fútbol europeo, siguiendo los pasos de operaciones recientes como las del Chelsea (Todd Boehly), Manchester United (Jim Ratcliffe), AC Milan (RedBird) o Lyon (Eagle Football Holdings).

El atractivo para estos fondos radica en:

El valor de marca internacional del fútbol europeo. El crecimiento de los ingresos por televisión, marketing y derechos digitales.

La infraestructura moderna del Atlético, especialmente el Cívitas Metropolitano.

Impacto deportivo y estratégico

Aunque Gil Marín y Cerezo seguirán gestionando el día a día, el cambio accionario implica que las decisiones estratégicas de inversión, fichajes y expansión global estarán más condicionadas por los nuevos propietarios.

Los analistas anticipan tres efectos inmediatos:

Mayor músculo financiero: Apollo podría inyectar capital para reforzar el plantel y modernizar la estructura deportiva, incluyendo la ciudad deportiva de Alcalá y proyectos internacionales.

Gestión más corporativa: el club pasará a operar con estándares empresariales más propios del deporte norteamericano, buscando eficiencia y rentabilidad a largo plazo.

Presión por resultados: los fondos de inversión suelen exigir retornos rápidos, lo que podría generar tensiones si los objetivos deportivos —como ganar títulos o asegurar presencia continua en Champions— no se cumplen.

Contexto: un club rentable pero con límites

El Atlético cerró la temporada 2024/25 con ingresos superiores a los 450 millones de euros, pero con presiones financieras derivadas de su deuda y del aumento de costes salariales.

La entrada de Apollo busca reducir pasivos y garantizar estabilidad a medio plazo.

Sin embargo, el control mayoritario del fondo implica que, por primera vez, el club queda en manos de capital extranjero, algo que genera inquietud entre parte de la afición por el riesgo de perder identidad o arraigo local.

Perspectivas a futuro

La apuesta de Apollo no es de corto plazo. Se estima que el fondo planea una revalorización del club a través de expansión comercial internacional, incluyendo alianzas estratégicas en América y Asia, y posibles proyectos audiovisuales bajo la marca “Atlético de Madrid Global”.

Estadio Metropolitano, sede del Atlético de Madrid que tiene nuevo socio mayoritario.

Si la gestión logra mantener la competitividad deportiva y amplía las fuentes de ingresos, el Atlético podría convertirse en el tercer gran polo económico del fútbol español, acercándose al modelo financiero del Real Madrid y el Barcelona.

La llegada de Apollo Sports Capital representa una mezcla de oportunidad y riesgo. El Atlético de Madrid obtiene respaldo económico y proyección global, pero entra en una etapa en la que la rentabilidad será tan importante como la gloria deportiva.

El reto de Gil Marín y Cerezo será conservar la esencia colchonera dentro de una estructura dominada por intereses internacionales.

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