El descubrimiento de sus capacidades narrativas le llegó muchos años después de ser empujada a conocer mundos ajenos a su natal Nebaj, municipio del departamento de Quiché. Con mucho orgullo ha contado a ciudadanos de Estados Unidos, Londres, Italia y Alemania, sobre la cultura maya.
Cuando corría el año 1981 ella tenía 14 años. Trabajaba en la Antigua Guatemala, donde era retratada para tarjetas postales y fotografías. Fue en ese tiempo que unos turistas le propusieron llevarla a Estados Unidos (EE. UU.), y Sheba Velasco, sin pensarlo dos veces, aceptó. Hoy, a sus 49 años y 35 de vivir allá, se ve, y de hecho lo es, como representante de las mujeres y de los pueblos indígenas.
Su esfuerzo y facilidad para hablar otros idiomas —inglés, italiano, español e ixil— le abrió las puertas para trabajar en varios muesos de EE. UU. y dar a conocer, en esa ciudad cosmopolita, sobre la milenaria cultura maya.
La oportunidad le llegó cuando el Instituto Smithsoniano, un centro de educación e investigación administrado y financiado por el gobierno de EE.UU. y que cuenta con una red de museos en Washington, Nueva York, Virginia —y otras ciudades estadounidenses —, le reconoció su talento y le dio la oportunidad de trabajar en la institución.
Empecé como anfitriona en un museo de Minnesota, recuerda Velasco, quien ha narrado a ciudadanos de todo el mundo las historias orales de los pueblos indígenas, que han pasado de generación a generación, y que le transfirieron a ella desde que tenía cuatro años.
Pero yo no solo represento a mi pueblo, ahora que conozco historias de otras partes, también les hablo a los visititantes de los museos de los pueblos de Mesoamérica: Belice, México, Guatemala, porque la cultura maya se enseñoreó en la región, también en El Salvador y Nicaragua, donde nuestra gente se extendió, comenta a Crónica, Sheba (Juanita en idioma Ixil).
Enseñanzas y apoyo a migrantes
Su labor es presentarse en museos para explicar en qué consiste la cultura maya, en cómo la vida se basa en la costumbre enseñada en el hogar, y cómo aprenden los niños, sus interlocutores le preguntan si hay lugares especiales para cuidar a los abuelitos, como se hace en Estados Unidos, también preguntan cómo se curan cuando hay enfermedad, cuenta la entrevistada.
Cada dos años viaja a Guatemala para ver a sus dos hermanos; pero, desde ahora, se propuso que en su país conozcan lo que ella hace en EE.UU., donde además de agente cultural, también trabaja para la agencia de Inmigración, para traducir a sus paisanos ixiles —allá viven unos 17 mil— información sobre los procesos que tienen ante las cortes (juzgados).
Entre sus experiencias está el haber trabajado para una película con Richard Gere, representando la cultura maya, lo cual me enorgullece mucho. También el haber criado tres hijos, uno que vive en Alaska y otros dos en Irlanda, y mandar muchos turistas para que conozcan Guatemala y sus tejidos.