Elecciones decisivas en Ecuador; fin de la era Correa se aproxima

Se juega en las urnas la permanencia de otro gobierno de izquierda en Latinoamérica

Quito, Ecuador | AFP |

Las elecciones generales del próximo domingo en Ecuador serán un nuevo test para la golpeada izquierda latinoamericana.

Tras el giro hacia la derecha en Argentina, Brasil y Perú en el último año, el voto de los ecuatorianos podría frenar lo que el presidente saliente Rafael Correa define como la «restauración conservadora».

«Los ojos de Latinamérica están puestos en la elección de Ecuador. Sí ha habido avances en la derecha y (estos comicios) pueden ser un punto de quiebre para acabar con esta restauración conservadora y que retomen impulso los movimientos de izquierda», aseguró el mandatario, en el poder desde 2007.

El candidato oficialista, el exvicepresidente Lenín Moreno, lidera las encuestas con cómoda ventaja, aunque insuficiente para evitar un balotaje. En una eventual segunda vuelta el 2 de abril se enfrentaría al exbanquero Guillermo Lasso o a la exdiputada Cynthia Viteri, ambos conservadores.

Para Michael Shifter, presidente del círculo de reflexión con sede en Washington Diálogo Interamericano, «si el partido de Correa pierde, sería un golpe más» para la izquierda en Latinoamérica, donde esta opción tomó fuerza a partir de 1998 con la elección de Hugo Chávez en Venezuela.

«En ese caso quedaría en Sudamérica Evo Morales. Y (Nicolás) Maduro sigue ahí en Venezuela pero esta muy golpeado y no tiene apoyo político, está claro que la oposición en Venezuela tiene más apoyo», indicó a AFP.

Correa reconoció el impacto de la economía en la política regional, sobre todo con la caída de los precios del petróleo.

«Creo que contribuyó al regreso de ciertos gobiernos de derecha las dificultades económicas que sufrió América Latina y que cierta prensa manipula muy bien para decir que es culpa de los gobiernos progresistas», apuntó el gobernante.

«En momentos en que las cosas van mal, las personas suelen buscar explicaciones y estar más abiertos a cambios», opinó por su parte la economista Gabriela Calderón, investigadora del Instituto Cato de Estados Unidos.

– Correísmo «desgastado» –

Según Paolo Moncagatta, profesor de ciencias políticas de la privada Universidad San Francisco de Quito, los problemas domésticos pesarán además en el voto de los ecuatorianos.

El oficialismo «llega desgastado a las nuevas elecciones» y los recientes casos de corrupción, como el ocurrido en la estatal Petroecuador y que involucra a un exministro, «han logrado calar» en la gente, dijo.

En Brasil, el regreso de la derecha al poder se dio tras la destitución de la presidenta Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas.

«En una segunda vuelta cualquiera que fuese el partido que pase puede derrotar al oficialismo, porque es mayor la resistencia o el rechazo que se tiene al gobierno», agregó.

Shifter consideró, sin embargo, que «es un error subestimar la fuerza del correísmo».

«Es cierto que está con problemas graves, que ha perdido apoyo popular y la economía lo está golpeando fuerte, pero también hay muchos ecuatorianos que piensan que Correa hizo buena labor», expresó.

Será «un desafío» derrotar al candidato que eventualmente pase a un balotaje, pero la ventaja del correísmo es que «tiene una oposición muy fracturada», añadió.

El Consejo Electoral de Ecuador trata de transmitir confianza, pero se sabe de la influencia del oficialismo en este organismo.

– Efecto Trump –

La advertencia de Correa sobre un regreso de la derecha en Latinoamérica cobró más fuerza tras la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Los movimientos de izquierda son «más urgentes que nunca» frente a la política del nuevo gobierno estadounidense, que incluye la construcción de un muro fronterizo con México para frenar la llegada de indocumentados, explicó el mandatario.

En su opinión, la política de Trump «unifica a la región, nos hace perder las ilusiones del supuesto Sueño Americano».

El analista político Santiago Basabe apuntó que la salida del correísmo supondría «un viraje casi inmediato» del vínculo de Quito con Washington.

«La victoria de cualquiera de la oposición dinamizaría de forma muy rápida (las relaciones con Estados Unidos), aun siendo Trump el presidente», afirmó el experto de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).

Con Moreno en la Presidencia, no habría las mismas tensiones que ha habido con Correa, «pero tampoco serán relaciones muy fluidas», indicó.

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