En medio de tanto dolor, se confirmó que el punto de partida de la aeronave había sido otro al planificado originalmente
El trágico vuelo del avión que trasladaba al plantel Chapecoense no había sido autorizado por las autoridades aéreas colombianas tal como se dijo -desde el aeropuerto de Viru Viru, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) a Medellín-, afirmación que dio un alto funcionario de ese país en coincidencia con la recuperación de las cajas negras y el anuncio del inicio de la investigación del accidente.
La declaración del secretario de Seguridad Aérea de Colombia, Freddy Bonilla, precisó que el trámite administrativo del vuelo que gestionó la empresa Lamia para poder ingresar al espacio aéreo colombiano tenía como origen «Cobija, al norte de Bolivia, y no el aeropuerto de Viru Viru, mucho mas distante».
«No lo habíamos autorizado tal como se hizo -de Viru Viru, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) a Medellín-«, dijo Bonilla en declaraciones a AM 950 Radio Belgrano, sino de un aeropuerto que se ubica en Cobija, «mucho más al norte de Bolivia, en el límite con Perú y Brasil», lo que dejó entrever que el avión que trasladaba a Chapecoense y que al caer causó la muerte de 71 personas, no tenía la capacidad técnica operativa necesaria para cubrir más de 2.900 kilómetros, distancia que hay entre Viro Viro (Santa Cruz de la Sierra) y Río Negro, en cercanías con Medellín.
Bonilla señaló que tras el accidente constataron que ese vuelo había despegado de manera irregular y no «como estaba registrado administrativamente».
«Como autoridad colombiana» les compete aprobar el trámite administrativo que les permite a las compañías ingresar al espacio aéreo del país de destino y que «no habían autorizado el vuelo de la manera en que se dio».
Sin embargo, Bonilla también afirmó que «la empresa boliviana Lamia había estado operando en nuestro aeropuerto (José María Córdova) pero jamás tuvo problema».
Además, informó que cuando actúa como autoridad aérea de origen del vuelo y no de destino -como en este caso- «no permitimos que una aeronave presente plan de vuelo si no cumple con requisitos en la capacidad operativa y técnica, entre lo que se encuentra el combustible».
En ese aspecto, puntualizó que la aeronave «debe tener dos puntos alternos y debe poder ir al más lejano por si surge una contingencia, y tener 30 minutos más de vuelo y un 10 por ciento extra para vuelos internacionales», explicó el secretario.
Este miércoles, tras haber logrado recuperar las cajas negras, «estamos recolectando toda la evidencia que pudimos obtener por las comunicaciones del tráfico aéreo, ya recuperamos las cajas negras y eso nos va a decir qué pasó ayer».
En tanto, Alfredo Bocanegra, director de Aviación Civil de Colombia, declaró durante una entrevista a Radio Mitre que «las cajas negras están en poder las autoridades».
«Tenemos la trazabilidad de todos los temas que tuvieron relación entre la torre de control y la nave de Lamia antes de que se desplomara en espacio aéreo colombiano», dijo Bocanera y previó que será mucho más rápida la investigación, que por lo general tarda alrededor de un mes por la celeridad con que lograron recuperar los elementos de análisis.
Además, el director aeronáutico anunció que «entre hoy y mañana se conformará una comisión investigadora a la que se le entregarán los elementos en custodia, entre ellos la grabación entre el piloto del avión de Lamia y la torre de control» que escuchó el copiloto del vuelo de Avianca 9253, Juan Sebastián Upegui, que sobrevolaba la misma zona y en el mismo momento.
El avión que se estrelló el lunes a la madrugada en las proximidades del aeropuerto José María Córdova de la ciudad colombiana de Medellín transportaba a los jugadores del club de fútbol Chapecoense de Brasil.
Las hipótesis que se abrieron desde que el avión se cayó y hasta que se recuperaron las cajas negras fueron la falta de combustible, una falla eléctrica, o la combinación de numerosos factores.