El Vaticano comenzará a mitad de enero la vacunación voluntaria contra la COVID-19 en la que se priorizará al personal médico, a los agentes de seguridad y al personal que trabaja de cara al público y a los ancianos, si bien la oficina de prensa del Vaticano no ha confirmado si el Papa, que cumplió 84 años el pasado diciembre, se vacunará.
La campaña de vacunación se extenderá durante los primeros tres meses de 2021 y podrá beneficiar tanto los trabajadores como todos residentes del pequeño Estado del Vaticano. En total, el territorio de la Santa Sede cuenta con unos 800 residentes efectivos, si bien los empleados que trabajan en alguno de los organismos de su jurisdicción suman cerca de 3,000.
Según el comunicado publicado por la Dirección de Salud e Higiene del Gobierno del Estado de la Ciudad del Vaticano, las dosis de vacunas de Pfizer llegarán en torno a la segunda semana de enero «en cantidad suficiente para cubrir las necesidades» de la Santa Sede.
Las dosis serán administradas en el aula Pablo VI del Vaticano por personal de enfermería cualificado.
El nuevo director de este ente, Andrea Arcangeli, ha señalado que se han comprado vacunas fabricadas por la compañía farmacéutica Pfizer cuya eficacia se demostró en el 95% de los casos.
«Actualmente esta vacuna es la única que está en proceso de aprobación por las Autoridades sanitarias europeas y de Estados Unidos. Como ya se sabe, en Inglaterra ya han comenzado la vacunación con este producto», aseguró.
En todo caso, no ha descartado que en el futuro puedan «ser introducidas otras vacunas producidas con métodos diversos tras haber evaluado su eficacia y plena seguridad».
De momento, de la campaña de vacunación serán excluidos los menores de 18 años, las embarazadas y las personas con alergias.