El término “antisemita” fue omitido en un diccionario inglés del siglo XIX por considerarlo efímero

Una palabra condenada a desaparecer, por lo que no merece figurar en un diccionario: así consideró a fines del siglo XIX el término «antisemita» el compilador del diccionario de inglés de Oxford, de acuerdo a archivos dados a conocer este lunes en Israel.

En 1879, el lexicógrafo británico James Murray empezó a compilar junto a sus colaboradores un listado de palabras que debían figurar en el primer «Oxford English Dictionnary», diccionario de referencia en lengua inglesa.

Entre estos términos había muchos con el prefijo «anti», pero no «antisemita».

Cuando Claude Montefiore, miembro influyente de la comunidad judía británica, detectó esta ausencia, señaló su incompresión por ello a Murray.

En una carta con fecha del 5 de julio de 1900, encontrada hace algunos meses en Jerusalén por Rachel Misrati, archivista de la Biblioteca nacional de Israel, Murray respondió que este término, de origen alemán, apareció en inglés en 1881 y que su uso sólo sería temporal. 

A comienzos de la década de 1880, había escrito, «el uso de la palabra ‘antisemita’ probablemente era algo por completo nuevo en inglés y no se consideró establecer (…) una entrada específica en el diccionario».

Además, señalaba, la gente de la «calle diría más ‘antijudío’ que antisemita».

«‘Antisemita’ tiene un sesgo académico», estimaba Murray, quien era profesor antes de editar el primer diccionario de Oxford, publicado gradualmente desde 1884 hasta 1928.

«Tristeza indescriptible»

Misrati descubrió la carta de Murray cuando se encontraba trabajando sobre autógrafos de personajes británicos no judíos, que integraban una de las colecciones de la biblioteca, compendio en el que hay unas 40,000 firmas y retratos. 

La archivista destacó varios elementos de interés en la carta: el texto sugiere, por ejemplo, que el término «semita» ya se utilizaba entonces sólo para referirse a judíos, en tanto su significado exacto hace alusión a personas que hablan hebreo, árabe y arameo, dijo a la AFP.

La correspondencia entre Montefiore y Murray también destaca, al parecer de Misrati, las inquietudes de la comunidad judía británica a finales del siglo XIX, aunque «en Inglaterra, los judíos disfrutaban de una mejor situación respecto a otros países». 

Europa se vio conmocionada entonces por el «caso Dreyfus», denominado así por un oficial judío alsaciano, Alfred Dreyfus, acusado de alta traición en Francia, un escándalo en el que se mezclaron errores judiciales, negación de la justicia y antisemitismo. 

En su carta, Murray explicaba que esperaba que tras la «Primavera de los Pueblos», o sea, las revoluciones que sacudieron a varios países europeos en 1848, el continente hubiese «dejado atrás su ignorancia, sus suspicacias y brutalidad», y también sus pulsiones antisemitas.

Murray no dudó en mencionar la «tristeza indescriptible» de quienes, como él, recordaban las «esperanzas que (acunaban) en la década de 1850». 

«¡Cómo se debe haber burlado el diablo al ver nuestros sueños estúpidos!», escribió. 

«Es probable que si hoy tuviéramos que publicar el diccionario, haríamos de ‘antisemita’ una de las palabras principales», destacó en 1900. 

No está claro cuándo finalmente se incorporó el término al diccionario de Oxford. Los lingüistas Susan Blackwell y Willem Meijs mencionan el uso de la palabra en la década de 1880, sin dar más detalles. 

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