EFE
El Sínodo sobre la familia ha abordado y analizado el sufrimiento que atraviesan los católicos divorciados y vueltos a casar por no poder forma parte de la Iglesia, informaron hoy los portavoces del Vaticano.
Los 270 padres sinodales, cardenales, obispos y sacerdotes encargados de redactar y votar un documento con respuestas sobre las nuevas situaciones familiares, se ocuparon ayer y hoy principalmente del tema de los divorciados vueltos a casar, a los que se niegan los sacramentos, como la Eucaristía, al considerarles en pecado.
En la rueda de prensa diaria que ofrece el Vaticano sobre el Sínodo los encargados de resumir las intervenciones de los participantes destacaron que fueron bastantes las que hubo sobre este tema, “con presentaciones muy sinceras y apasionadas” aunque con “diferentes perspectivas sobre cómo equilibrar misericordia y obediencia al magisterio”.
Y es que uno de los grandes temas de debate en este Sínodo, y el que más controversia levanta, es el de que puedan recibir la Eucaristía los divorciados vueltos a casar.
En una de las intervenciones, un participante instó a la asamblea a conceder que los divorciados vueltos a casar puedan ser padrinos de sus nietos o sobrinos, ya que también esto prohíbe la Iglesia, pues “quieren vivir una vida coherente con la fe”, explicaron.
Uno de los obispos latinoamericanos -al que no se identificó ya que no se facilita el nombre del ponente- explicó que en su país algunos divorciados vueltos a casar se ponen en la fila para recibir la comunión durante la misa, pero sólo pueden recibir la bendición del cura, la llamada comunión espiritual.
Este relator consideró que la “comunión espiritual no es suficiente, pues si se humillan al hacer es que están ya reconociendo su ‘mea culpa’”.
Otra intervención, “muy emotiva para los presentes”, explicaron los portavoces, consistió en el relato de cómo durante su primera comunión un niño dividió la hostia y le dio un pedazo a uno de sus padres, que al ser divorciado y vuelto a casar no podía comulgar.
Pero la asamblea continúa dividida sobre cualquier apertura y se pide “ir con cuidado y sin prisa ante la presión pública”, mientras que otros piden “un camino de discernimiento para los divorciados y vueltos a casar y evaluar caso por caso” o “un camino catecumenal para las parejas divorciadas civilmente”.
El arzobispo polaco Stanislaw Gadecki explicó en rueda de prensa que su postura es la de “acompañar a estas personas con todo el amor y amistad para afirmar en ellos el sentimiento de ser amados, y que la solución es el camino penitencial, pero sin darles ilusiones”.
Sobre este camino penitencial, el arzobispo mexicano Carlos Aguiar Retes puntualizó que a los divorciados se les pediría “arrepentirse, aceptar esos errores y empezar el nuevo camino”.
Los obispos continúan reunidos y ya han comenzado a debatir la tercera parte del llamado “Instrumentum Laboris”, documento de base, y todo ello servirá para elaborar un texto final con las propuestas que se votará el 24 de octubre y que aún se desconoce si será publicado o entregado sólo al papa Francisco. EFE