El Senado estadounidense quiere regular las actividades de la célula del Pentágono que estudia los objetos voladores no identificados (ovnis) para que el público sea informado de sus actividades y que las diversas ramas de los servicios de inteligencia del país compartan sus informaciones.
En una enmienda del proyecto de ley de finanzas 2021 que se debate actualmente, el comité de inteligencia del Senado respalda «la célula de trabajo sobre los fenómenos aéreos no identificados» del Pentágono, confirmando así oficialmente la continuación de las actividades de esa unidad desvelada en 2017 por el New York Times.
Para los senadores, «los fenómenos aéreos no identificados» no tienen nada que ver con posibles extraterrestres, sino más bien con verdaderos adversarios de Estados Unidos.
Esa célula, vinculada a la oficina de inteligencia naval de las fuerzas armadas, tiene como objetivo «armonizar la recogida de informaciones y los informes sobre los fenómenos aéreos no identificados, sus vínculos potenciales con gobiernos rivales y las amenazas que suponen para los equipos y edificios del ejército estadounidense», precisa el texto presentado por el senador republicano de Florida Marco Rubio y publicado la semana pasada.
Espionaje
Estados Unidos está preocupado, entre otras cosas, por la capacidad de espionaje de China, con la ayuda de drones y otros vehículos aéreos.
Aunque reconocen que es un asunto espinoso, los senadores «piensan que el intercambio de informaciones y la coordinación entre servicios de inteligencia sobre este tema son inconsistentes», y desean por tanto un informe detallado y público sobre las actividades de esta célula de trabajo y los fenómenos que ha observado.
Si se aprueba la enmienda, el Pentágono tendrá 180 días para presentar el informe al Congreso.
El Pentágono difundió a finales de abril tres vídeos tomados por pilotos de la Marina estadounidense en los que aparecen fenómenos aéreos que el Departamento de Defensa califica de «no identificados».
Uno de esos vídeos con imagen en blanco y negro es de noviembre de 2004, y los otros dos de enero de 2015. Ya llevaban tiempo circulando en internet, sobre todo después de que los publicara el diario The New York Times.
En uno de esos vídeos se puede ver cómo un objeto de forma oblonga se desplaza rápidamente y, unos segundos después de ser detectado por uno de los sensores del aparato de la Marina, desaparece por la izquierda tras una repentina aceleración.
En otro vídeo, se distingue un objeto por encima de las nubes, y se escucha en el audio de la cabina al piloto preguntando si se trata de un dron.