El Reino Unido enfrenta la verdadera prueba a sus preparativos posbrexit este lunes, primer día laborable desde su salida definitiva de la Unión Europea, en particular en el canal de la Mancha, que miles de camiones tenían previsto cruzar tras un fin de semana tranquilo.
El país cortó totalmente sus lazos con la UE el jueves por la noche, pero con el escaso tráfico en sus fronteras durante las fiestas de fin de año, no hubo muestras de las tan temidas perturbaciones en sus puertos, donde los funcionarios de aduanas comenzaron a implementar nuevos trámites tras décadas de comercio abierto con sus socios continentales.
Y el lunes la situación parecía no cambiar pese a que emprendieron la travesía un mayor número de camiones, cargados con los productos de gran consumo que el país importa mayoritariamente, en particular por Dover, en el sureste de Inglaterra, el puerto más concurrido de Europa para carga rodada.
Un corresponsal de la AFP en la terminal de transbordadores, que en 2019 vio pasar 2,4 millones de camiones pesados, constató que no había retrasos visibles.
“El tráfico ha seguido fluyendo sin problemas por el puerto desde que se puso en marcha la transición del Brexit, el 31 de enero”, afirmo un portavoz del puerto.
Sin embargo, las cifras muestran una disminución importante del número de camiones de gran tonelaje en los últimos días: 2,237 vehículos pasaron por Dover el 31 de diciembre, 673 el 1 de enero y 914 el domingo.
Aún está por verse si los preparativos realizados por las autoridades británicas bastarán para hacer frente a la situación cuando las cargas vuelvan a los niveles habituales.
Nuevos trámites administrativos
El éxito de esta operación es crucial para el primer ministro Boris Johnson, muy criticado por su gestión de la pandemia de coronavirus que ya ha matado a más de 75,000 personas en el país, y la amenaza que el Brexit supone para la unidad bajo la presión de los independentistas escoceses.
La primera ministra Nicola Sturgeon presiona al ejecutivo de Johnson para que le conceda el derecho a celebrar un nuevo referéndum de independencia y, en caso de victoria, prometió que Escocia, que había votado en un 62% contra el Brexit en 2016, se reunificaría con la Unión Europea.
El acuerdo comercial firmado en Nochebuena entre Londres y Bruselas, una semana antes de que finalizara el periodo de transición posbrexit, evitó los aranceles y las cuotas en su comercio bilateral, que amenazaban con caóticas consecuencias para una economía británica ya muy golpeada por la pandemia.
Ahora, para circular en el condado de Kent, los camioneros que se dirigen a Europa necesitan una autorización, expedida electrónicamente, que demuestre que han realizado los trámites necesarios de antemano.
Los que no la tengan se exponen a multas de hasta 300 libras (334 euros, 410 dólares).
Al gobierno británico le preocupa que los camioneros viajen a Dover sin esta autorización, lo que podría provocar retrasos y bloqueos en el puerto y sus alrededores.
Londres cree que la mayoría de las grandes empresas están preparadas para las nuevas normas, pero es posible que casi la mitad de PYMES no hayan tomado todavía las medidas necesarias para exportar hacia Europa.
Instalación de aparcamientos
Para evitar la congestión, el gobierno instaló enormes aparcamientos y brindó permisos para entrar en la región de Kent.
Los nuevos trámites aduaneros se suman a la obligación para los camioneros de presentar un test de covid-19 negativo realizado menos de 72 horas antes de cruzar el canal de la Mancha, una medida impuesta por Francia para evitar casos importados de la nueva cepa de coronavirus, mucho más contagiosa, detectada en Inglaterra.
El departamento de transporte británico anunció 20 nuevos puntos de test en el país durante el fin de semana, que serán seguidos por otros más esta semana.
El objetivo es evitar que se repitan las escenas caóticas ocurridas en torno a Navidad, cuando miles de camiones quedaron bloqueados en el Reino Unido después de que Francia cerrara sus fronteras.