El actual campeón tuvo que trabajar mucho para sacar los tres puntos que alargaban la emoción hasta el último partido e incluso por momentos coqueteó con depender de sí mismo por la victoria de Osasuna ante el Atlético, pero finalmente hubo remontada del líder y tendrá que ganar al Villarreal en el Di Stéfano y esperar que los de Diego Pablo Simeone no lo hagan en Valladolid.
Pese a lo mucho que había en juego, el Real Madrid salió sin ‘pegada’ al césped de San Mamés y se marchó a los vestuarios sin haber probado la actual fiabilidad de Unai Simón. Zidane repitió con el mismo once de Granada, con la entrada de Odriozola por Marvin, pero arriba volvió a estar espeso.
La alta intensidad con la que discurrieron los primeros 45 minutos podían haber favorecido a los madridistas para un duelo ida y vuelta y unos espacios para sacar partido a sus transiciones. El conjunto merengue, tras un buen inicio local, logró hacerse con el mando y alejar el balón de su área, aunque no se tradujo en nada. Odriozola y Miguel Gutiérrez doblaron constantemente a Vinicius y Rodrygo, pero faltó algo más de lucidez en Benzema y en Modric para haber inquietado algo más.
El Real Madrid pisó mucho la zona definitoria sin éxito, aunque también tuvo un reclamo por una posible mano en el área de Morcillo que ni Mateu Lahoz ni el VAR vieron como punible. El Athletic fue perdiendo fuelle, pero gozó de una buena opción antes del descanso con una falta pegada al palo de Berenguer.
La mejor noticia al descanso para Zinédine Zidane era que tampoco pasaba nada en el Wanda Metropolitano. El técnico francés no movió nada para buscar ese gol que trasladase la presión a la capital de España y a Marcelino García también le debió parece bien las prestaciones de los suyos porque tampoco varió nada para un segundo acto que se presuponía más atractivo.
Premio en el carrusel de saques de esquina
El guión fue similar al del primer acto, con el Athletic incluso aún más replegado y dejando que a su rival le pesase la ansiedad. Militao probó suerte con un cabezazo que se fue alto a la salida de un saque de esquina y Morcillo replicó con un fuerte disparo en un contragolpe que repelió Courtois con seguridad.
El Real Madrid decidió lanzarse ya de forma más decidida al ataque, con Modric tomando el mando de las operaciones. El croata probó por fin desde fuera del área a Unai Simón y Casemiro, en uno de los numerosos saques de esquina, envió su cabezazo al larguero en la mejor opción madridista justo cuando planeaba el gol del Atlético, finalmente anulado, y ya con Asensio como primer revulsivo de Zidane.
Y ese empuje visitante en forma de saques de esquina finalmente encontró premio con el tanto de Nacho, que empujó en soledad en el segundo palo un envío de Casemiro y poner al actual campeón en cabeza de la tabla. El Real Madrid dio un paso atrás para defender una ventaja, inquietada por un remate de Villalibre tras un gran pase de exterior de Ibai y afianzada por un gol de Osasuna en el Metropolitano.
El Athletic, fresco con los cambios introducidos, se lanzó a por el empate en los compases finales ante un rival más preocupado de mantener un botín que perdió algo de valor por la remontada colchonera y amenazada únicamente por un cabezazo de Vesga que se marchó por muy poco. La extraña roja a Raúl García frenó la intentona final de los ‘Leones’ en busca de un empate que acabase con un campeonato, vivo hasta dentro de una semana