El Real Madrid enderezó su rumbo en la Liga de Campeones después de ganar este miércoles un duelo clave al Inter de Milán, al que superó por 0-2 en el Giuseppe Meazza tras un partido muy sólido de los de Zinédine Zidane, que empiezan a ver la luz al final del túnel en el que se habían metido tras los dos primeros encuentros.
Desbordado por el Shakhtar y contra las cuerdas ante el Borussia Moenchengladbach, el conjunto madridista ha sabido sacar los seis puntos ante el que se presuponía su más directo rival, que es ahora el que está al borde de la eliminación. El equipo madrileño es ahora segundo a un punto del equipo alemán, pero no se puede relajar todavía porque aún le queda tarea en los dos encuentros que le restan.
Varane y Nacho son la clave
El Real Madrid fue superior a los de Antonio Conte, apelando esta vez al orden para neutralizar el mayor peligro local, la pareja Lukaku-Lautaro, gracias al excelente trabajo de Varane y Nacho, claves para que Courtois no encajase gol después de ocho partidos recibiendo y acabase con su maldición en este estadio. Ayudó el tempranero gol de Eden Hazard, tanto como la absurda expulsión de Arturo Vidal, que vio dos amarillas por protestar en apenas segundos y que dejó con diez a los suyos con una hora por jugar.
El comienzo del Real Madrid fue inmejorable. Zidane apostó por el mismo once que en Villarreal, pese a tener ya a Casemiro, y con Kroos más cerca de los centrales para sacar el balón, y la finura que mostró en los primeros 45 minutos del pasado sábado le sirvió para desarmar la presión interista.
El conjunto madridista se adueñó del balón y en una primera ‘eterna’ posesión encontró su primera recompensa, con el penalti cometido por Barella sobre Nacho, que transformó Hazard. El Inter, que tampoco anda del todo fino, acusó el golpe, pero el 13 veces campeón de Europa no lo pudo aprovechar. Lucas Vázquez envió un balón al palo y luego no pudo conectar un pase excesivamente fuerte de Mendy, aunque el francés estaba en buena posición para haber rematado ante Handanovic.
El Real Madrid, no tan arriba como suele ser habitual, apelaba al orden y al trabajo para desactivar las vías hacia Lautaro Martínez y Lukaku. El belga entraba más en contacto con el balón, pero Nacho le controlaba con eficacia y reducía el impacto ofensivo de los de Antonio Conte, que con el paso de los minutos se iban metiendo en el duelo, aunque sin amenazar.
Sin embargo, los ‘neroazzurri’ se pegaron un tiro en el pie. En concreto, lo hizo un Vidal siempre al límite en todas sus acciones, en esta ocasión en una protesta a Anthony Taylor por considerar que Varane le había hecho penalti. El colegiado inglés le mostró dos amarillas fulgurantes y dejó a los locales con diez y obligados a recomponerse tras el descanso.
Rodrygo sentencia
El campeón español volvió a acusar falta de ‘colmillo’ para sacar beneficio a esta superioridad y Conte rearmó a los suyos tras el descanso, a costa de prescindir de un jugador como Lautaro. Acuciado por el resultado, el conjunto interista se fue más decididamente arriba, lo suficiente para agobiar más a los visitantes, otra vez, como hace unos días, demasiado contemplativos.
Zidane se percató y movió rápido esta vez el banquillo con la entrada de Casemiro por Odegaard y de Rodrygo por Mariano. Casi sin tiempo para ver si los cambios funcionaban, su equipo encontró otra vez una vía por el lado derecho con Lucas Vázquez y el gallego envió un preciso balón al delantero brasileño que, como en el Di Stéfano, no perdonó para poner ya un más tranquilizador 0-2, aunque la UEFA se lo concedió a Achraf, en quien golpeó la pelota, en propia puerta.
Los ‘neroazzurri’ se quedaron muy ‘tocados’. Sin encontrar a Lukaku, ahora doblemente vigilado por la ausencia de su pareja, y con muy poco de Barella, tiraba de orgullo y de algún error rival para intentar meterse en el partido. Perisic tuvo las dos mejores, sobre todo con un disparo cruzado que repelió bien Courtois, pero el Real Madrid gestionó la ventaja sin hacer más daño y aseguró sin problemas su valioso triunfo.