El próximo álbum de Lucky Luke, «concebido mucho antes de la muerte de George Floyd», dará protagonismo a los afroestadounidenses, una primicia para unos cómics que durante décadas apenas dieron cabida a esta comunidad, anunció el lunes a la AFP su guionista.
Las historias del vaquero solitario «tienen lugar durante la guerra de Secesión y en adelante, sin embargo, nunca se representa a los afroestadounidenses, salvo de forma muy marginal», explicó Jul, guionista francés de los dos últimos álbumes de este emblemático personaje creado hace más de 70 años por el belga Morris.
A lo largo de los 80 álbumes de la serie, los afrodescendientes aparecen de forma esporádica y a menudo sin diálogos, como el mayordomo del presidente en varios números.
El próximo álbum, cuyo título original en francés es «Un cow-boy dans le coton», saldrá a la venta a finales de octubre y fue ilustrado por el dibujante Achdé. «Fue concebido mucho antes de la muerte de George Floyd», indicó Jul.
La portada del álbum muestra a Lucky Luke empuñando un arma en un campo de algodón, junto a un «sheriff». En segundo plano, se distinguen unas inquietantes figuras del Ku Klux Klan con antorchas encendidas.
La historia se desarrolla en Luisiana. Lucky Luke hereda una inmensa plantación de algodón y debe luchar contra los poderosos de la región y contra la segregación racial. Lo apoyan de forma inesperada los Dalton.
Pero Lucky Luke logrará superar el desafío gracias a la ayuda de una figura del Lejano Oeste: Bass Reeves, el primer «sheriff» adjunto afrodescendiente del oeste del Mississippi, un personaje real, pero relegado al olvido.
Nacido en el seno de una familia de esclavos, Reeves fue considerado como uno de los mejores tiradores de su época y arrestó a más de 3,000 criminales.
Creado por Morris en 1946, escrito por René Goscinny («Astérix») a partir de los años 1950, Lucky Luke forma parte de los legendarios cómics francobelgas. Desde su creación, se vendieron más de 300 millones de álbumes en el mundo, con traducciones a 29 idiomas.