El príncipe Andrés y su ex esposa Sarah se enfrentan a demandas legales en Suiza por el caso de un chalet no pagado por completo, reveló el jueves el periódico suizo Le Temps.
El segundo hijo varón de la reina Isabel II, de 60 años, y Sarah Ferguson se divorciaron en 1996, pero permanecieron muy unidos y en 2014 compraron una cabaña en la estación de esquí de Verbier, en el suroeste de Suiza, por 22 millones de francos suizos (21 millones de euros).
El chalet incluye siete habitaciones, una piscina interior y un sauna, reveló Le Temps.
En la escritura de venta, que el periódico pudo consultar, se prevé que una parte de los 22 millones, seis millones, fuera pagada el 31 de diciembre de 2019, pero este pago no se ha realizado. Cuatro meses más tarde, la situación no ha cambiado.
Decidida a recuperar lo que le deben, con los intereses, la antigua propietaria de la cabaña comenzó acciones judiciales contra la antigua pareja real británica, reclamando ocho millones de francos suizos.
Contactado, el despacho Etude du Ritz, que representa a esta mujer, no respondió de inmediato a las preguntas de la AFP. Tampoco el Palacio de Buckingham.
Por parte de los compradores, una portavoz del duque de York confirmó al diario suizo que existe «un diferendo entre las dos partes en este asunto», y agregó que «los detalles contractuales son objeto de un acuerdo de confidencialidad».
Octavo en el orden de sucesión al trono británico, el duque de York es cuestionado por sus relaciones con el financista estadounidense Jeffrey Epstein, acusado de haber explotado sexualmente a jóvenes menores durante años y quien se suicidó en prisión.
El propio príncipe Andrés fue acusado por la estadounidense Virginia Giuffre -una de las mujeres reclutadas por Epstein- de haberla obligado a mantener relaciones sexuales varias veces cuando era menor, lo que él niega.
Abandonado poco a poco por las empresas y las asociaciones con las que trabajaba, el duque de York acabó por retirarse de la vida pública en noviembre.