Tegucigalpa, Honduras | AFP |
El reelecto presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, llamó este martes a la oposición a un diálogo para alcanzar un «acuerdo nacional» orientado a construir «una nueva Honduras», mientras cedían las protestas que convulsionaron al país el lunes.
«Como presidente electo extiendo mi mano y abro mi mente para escuchar con atención a los demás y acordar, en un gran diálogo, un acuerdo nacional que consolide la paz y la seguridad» para construir «una nueva Honduras», declaró el gobernante en una cadena de radio y televisión.
Hernández, de 49 años, candidato del Partido Nacional (PN, derecha), fue declarado la noche del domingo ganador de las elecciones del 26 de noviembre por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
El tribunal atribuyó a Hernández 42,95% de los votos contra 41,42% del aspirante de la Alianza de Oposición Contra la Dictadura, el periodista deportivo de 64 años, Salvador Nasralla.
El conteo de votos despertó dudas entre opositores y observadores internacionales, luego de que Nasralla apareció con ventaja en el primer corte, con 57% de las urnas contadas, y Hernández tomó ventaja después de una serie de interrupciones en el sistema de cómputo del TSE.
Nasralla y el coorddinador de la Alianza, el presidente derrocado en el 2009 Manuel Zelaya, llamaron a sus parciales a protestar contra el «fraude».
Entre la noche de domingo y el lunes, opositores bloquearon calles en todas las zonas del país con fogatas alimentadas con llantas, palos y rocas, mientras policías y militares usaron gases lacrimógenos para despejarlos.
Amnistía Internacional dio a conocer que 14 personas habían muerto en la ola de protestas realizadas desde las elecciones, pero según Zelaya y Nasralla han aumentado a cerca de 24.
Hernández llamó a los opositores a que «hagan legítimo derecho a la protesta pacífica» sin «vandalismo y pillaje».
Las protestas que arreciaron el lunes cedieron este martes, aunque quedaban unas pocas en carreteras bloqueadas en el norte del país, según informes de canales locales.
Cuadrillas municipales y militares limpiaban de los materiales carbonizados en calles de la capital, San Pedro Sula (norte) y otras ciudades del país.
Hernández buscó la reelección amparado en un fallo de la Sala de la Constitucional que se lo permitió, a pesar de que la Constitución lo prohíbe en artículos «pétreos», solo reformables después de una consulta popular o una asamblea constituyente.