El papa Francisco llegó el lunes a Mauricio, una isla multiétnica y turística del océano Índico, última etapa de su gira africana que lo condujo a Mozambique y Madagascar.
Miles de personas se congregaron frente al Monumento a María Reina de la Paz, donde Francisco celebrará una misa, y gritaron de alegría cuando el pontífice aterrizó en el aeropuerto internacional de la isla, un acontecimiento retransmitido en directo, constató un periodista de la AFP.
«Para nosotros es muy importante reunirnos con el papa» afirmó Geneviève, de 47 años, nacida en Mauricio, y que acudió con su familia y amigos. «Es una ocasión, es una felicidad».
Además de celebrar la misa, el pontífice argentino visitará un templo y mantendrá un encuentro con líderes políticos durante su breve visita.
En un mensaje de vídeo dirigido a la población de Mauricio, el pontífice, ferviente defensor del diálogo interreligioso, había elogiado a un pueblo «enriquecido con diversas tradiciones culturales y también religiosas».
Democracia y economía
En puntos centrales de la capital, Port Louis, se han instalado enormes pantallas para que los devotos puedan seguir la misa, al tiempo que la ciudad fue decorada con imágenes del papa.
Mauricio, una isla situada al este del continente africano, tiene una población de 1.3 millones de personas, predominantemente hindú (52%), aunque con importantes minorías cristianas y católicas (30%) y musulmanas (18%).
El primer ministro de Mauricio, Pravind Kumar Jugnauth, considera la visita del papa como una vitrina del «éxito de Mauricio en el plano económico y social, y como un verdadero modelo de pluralismo».
«Nuestra diversidad cultural nunca nos ha impedido crear un espacio favorable al diálogo, el entendimiento y la paz», comentó.
«No será una visita del papa Francisco a los católicos sino a los habitantes de Mauricio en toda su diversidad religiosa», dijo a su vez el cardenal Maurice Piat, obispo de Port Louis, antes de la llegada del pontífice.
Mauricio, con una democracia estable y una economía de ingresos medios, contrasta con las dos anteriores escalas del papa en este viaje, en Madagascar y Mozambique, dos de las naciones más pobres del continente africano.
Francisco celebrará la misa en el Monumento a María Reina de la Paz, en la misma colina donde su antecesor Juan Pablo II celebró la eucaristía durante una visita en 1989.
Apóstol de Mauricio
La visita de Francisco coincide con el 155º aniversario de la muerte del sacerdote Jacques Desire Laval, un religioso francés que falleció en Mauricio en 1864 y fue beatificado en 1979.
El papa visitará el mausoleo de Laval, conocido como el «apóstol de Mauricio» por su trabajo como misionero.
Cada año unos 100.000 peregrinos visitan la tumba de Laval, al noreste de Port Louis, en la noche del 8 de septiembre, para conmemorar su muerte.
Este año, sin embargo, esa peregrinación fue adelantada un día por la visita del papa.
El pontífice también visitará la residencia oficial del presidente Barlen Vyapoory, que tiene un papel en gran medida simbólico, y se reunirá con Jugnauth.
La población de la isla comenzó a plantar unos 200.000 árboles antes de la visita del papa y se espera que durante la visita Francisco hable de la preservación del medio ambiente.