El Papa aprobó el decreto que reconoce el martirio del juez siciliano asesinado por la mafia en 1990, Rosario Angelo Livatino, además de las virtudes heroicas de siete nuevos venerables siervos de Dios, entre ellos, Don Vasco de Quiroga, primer obispo de Michoacán y defensor de los indios.
Así lo confirmó la oficina de prensa del Vaticano. El Papa se reunió con el Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Marcello Semeraro, para autorizar al próximo beato y a los siete nuevos venerables siervos de Dios, con el reconocimiento de sus virtudes heroicas.
Rosario Angelo Livatino dedicó su vida al estudio de la jurisprudencia y al conocimiento profundo del fenómeno mafioso con la gran capacidad de encontrar nexos y recrear tramas, tanto que firmó importantes sentencias que lo pondrían en la mira de Cosa Nostra.
Compromiso y fe, en un hombre siempre atento a la persona y a la dimensión de la redención además de la del crimen y por tanto capaz de condenar, pero también de comprender, dando, como él mismo escribió, «a la ley un alma».