El número reducido de casos de coronavirus detectados en los países de África, con frágiles sistemas de salud, intriga a los expertos sobre si se debe a fallos en la detección, a un factor climático o a un simple golpe de suerte.
Hasta ahora solo dos personas fueron oficialmente registradas como casos de contagio en el continente, una en Egipto y la otra en Argelia, y no se reportan decesos.
Una gota de agua en el océano de los 80,000 casos y más de 2,700 muertos registrados en unos 40 países del mundo, la gran mayoría en China donde apareció el nuevo coronavirus en diciembre, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Apenas apareció el virus, los especialistas señalaron los riesgos de propagación de la enfermedad COVID-19 en África, por sus estrechos vínculos comerciales con China y las debilidades de su red médica.
La OMS advirtió la semana pasada que el continente estaba mal preparado para enfrentar la epidemia.
«Nuestra principal preocupación sigue siendo la posible propagación del COVID-19 en los países con sistemas de salud más precarios», dijo el jefe de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, a los ministros de Salud de la Unión Africana reunidos en Adís Abeba.
Según la revista médica The Lancet, Egipto, Argelia y Sudáfrica son los tres países del continente más amenazados, pero también los menos vulnerables pues están mejor preparados para detectar la infección.
Vulnerabilidad
Los epidemiólogos debaten sobre el hecho de que, a pesar de las alertas, hasta ahora la epidemia no se ha desarrollado significativamente en el continente.
«Nadie sabe. Quizás no haya tantos desplazamientos entre África y China», consideró el profesor Thumbi Ndung’u, del Instituto Africano de Investigación Sanitaria de Durban (Sudáfrica).
No obstante, Ethiopian Airlines, la principal compañía aérea africana, no ha suspendido sus vuelos con China. Y China Southern acaba de reanudar sus viajes a Kenia.
«Quizás el virus no crece en el ecosistema africano, no sabemos», comentó el profesor Yazdan Yazdanpanah, jefe del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital Bichat de París.
Pero el profesor Rodney Adam, del hospital universitario Aga Khan de Nairobi (Kenia), apunta que no hay «prueba de que el clima influya en la transmisión» del virus. «Actualmente, parece que la vulnerabilidad de los africanos es la misma que la de otros países», dijo.
Otros atribuyen los pocos casos a fallas en la detección. «Hay algunos países, algunas regiones donde no hay certeza de su capacidad, por falta de recursos, de aplicar las modalidades de diagnóstico», señala el doctor Daniel Lévy-Bruhl, de la agencia sanitaria francesa Santé Publique France.
Según Lévy-Bruhl, hay «riesgo» de que existan «canales de transmisión desconocidos» en algunos países».
Sistemas listos
Sin embargo, la mayoría de especialistas descartan el riesgo de errores de detección masivas.
«Es una situación que comienza. Pero si hubiera casos masivos en África, creo que se sabría porque está alerta y mucha gente está muy atenta», subrayó el doctor Amadou Alpha Sall, jefe del Instituto Pasteur de Dakar (Senegal).
«Todos los sistemas están listos», confirma Michel Yao, encargado de los planes de emergencia de la OMS en Brazzaville (Congo).
El número de países africanos que disponen de laboratorios capaces de identificar el nuevo coronavirus pasó en pocas semanas de dos (Sudáfrica y Senegal) a 29, celebra el médico, que destaca también la valiosa experiencia de campo adquirida con las epidemias del virus Ébola.
No obstante, Yao advierte que persiste como punto débil la capacidad de contener la epidemia y tratar a los enfermos.
«La mayoría de países africanos no serían capaces de tratar casos graves que necesitan cuidados intensivos. Las capacidades son limitadas en las capitales (…) y afuera son aún más débiles», estimó
Pero en lugar de vislumbrar un escenario catastrófico, los especialistas prefieren celebrar que haya pocos casos en África.
«Es difícil decir por qué. Quizás sólo tenemos suerte», dice Ndung’u.