En Cahabón, Alta Verapaz, Elmer Tiul Tec, un niño de cinco años que se acercó a observar los entrenamientos de futbol organizados por el Ministerio de Cultura y Deportes y la Municipalidad de la localidad, reflejó la crudeza con la que viven muchos pequeños de la comunidad q’eqchi, pero también logró promover la solidaridad y cumplir uno de sus sueños.
Ataviado con un raído pantalón de lona y botas de hule cubiertas de lodo, Elmer, uno de los cinco hijos de María Tec, quería jugar. A ver la situación, uno de los entrenadores se le acercó le preguntó si quería participar, a lo que el menor contestó con un rotundo sí, «pero que no tenía los implementos necesarios«. El instructor le aseguro que no tendría problema con eso, así que le proporcionó un uniforme y el pequeño Elmer pudo cumplir uno de sus anhelos.
«Lección que nos enseña que para los sueños no existen límites»
Tras la publicación de la historia en la página de Facebook de la comuna del pequeño jugador y gran sonrisa, el Club Municipal de Fútbol se puso en contacto con Elmer para brindarle las herramientas necesarias para continúe en la persecución de convertirse en futbolista en la Escuela Deportiva Municipal.
También la casa edil envió a uno de sus colaboradores a la vivienda de Elmer y así conocer la situación de este nuevo jugador y su familia. Y claro, después llevarlos al centro del pueblo para darles «buenas noticias».
Buenas nuevas
La solidaridad no se hizo esperar. La familia Tec recibió donativos de comida y ropa y, por fin, una fuente de trabajo. La señora Tec formará parte a partir de este lunes de la planilla de trabajadores de la municipalidad.