El Ministerio de Defensa de Brasil anunció este martes la salida de los comandantes de las Fuerzas Armadas, horas después de que ellos pusieran sus cargos a disposición del nuevo titular de la cartera, el general Waltter Braga Netto, en apoyo del anterior, Fernando Azevedo, quien dejó el puesto un día antes por sus diferencias con el presidente, Jair Bolsonaro.
La decisión de Defensa, sin explicación, se produjo después de una reunión entre el ministro Braga Netto con los comandantes del Ejército, Edson Leal Pujol; de la Marina, Ilques Barbosa; y de Aeronáutica António Carlos Bermudez.
La salida de Leal Pujol era la más previsible de las tres, después de que las diferencias con Bolsonaro a punto estuvieron de costarle el cargo en anteriores ocasiones.
El ya excomandante del Ejército no sólo ha evitado minimizar la crisis sanitaria provocada por la pandemia, sino que ya manifestó a finales del año pasado que los militares debían mantenerse al margen de los asuntos políticos y «no dejar que entrara en los cuarteles».
Presionados por Bolsonaro
El anuncio horas antes de los altos cargos militares se ha producido en apoyo de Azevedo, presionado en los últimos meses por el propio Bolsonaro para que las Fuerzas Armadas manifestaran su apoyo al Gobierno y a las medidas de excepción que el Palacio de Planalto barajaba aplicar contra aquellos estados y localidades en las que se imponían medidas de confinamiento para evitar el avance del coronavirus.
Esta situación la explicó Azevedo en su carta de renuncia, en la que ha evitado hablar de cese, pues en ella ha subrayado que durante su mandato al frente del Ministerio de Defensa siempre buscó «mantener a las Fuerzas Armadas como un instrumento de Estado», en contraposición a algunas de las afirmaciones de Bolsonaro, quien llegó a calificar al Ejército como «suyo».
Según han publicado algunos medios brasileños, el presidente Bolsonaro exigió la renuncia de Azevedo después de una entrevista que concedió el general Paulo Sérgio Nogueira, responsable del área de Salud del Ejército, al periódico ‘Correio Braziliense’, en el que alertaba de una posible tercera ola de coronavirus y apostaba por el confinamiento para frenar el número de contagio.
La salida de los tres al mismo tiempo no se producía en las Fuerzas Armadas brasileñas desde 1985, y además ha tenido lugar en vísperas de que se cumplan 57 años del golpe de Estado en 1964, una fecha sensible en el calendario militar brasileño.