El diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, agitó el jueves la amenaza de reinstaurar el sistema de gobierno de la época más represiva de la dictadura militar (1964-85), en caso de que «la izquierda se radicalice» en Brasil.
Sus declaraciones provocaron un amplio rechazo, incluso entre dirigentes aliados del gobierno, y pocas horas después su propio padre, que nunca pierde oportunidad de reivindicar la dictadura, se distanció de él afirmando que quien tenga esos proyectos «está soñando».
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia (del partido de centroderecha DEM), consideró las declaraciones de Eduardo Bolsonaro «repugnantes» e indicó en una nota que «la apología reiterada de los instrumentos de la dictadura es pasible de sanción», antes de concluir afirmando que «Brasil no volverá a los años de plomo».
Eduardo Bolsonaro, de 35 años, mencionó la posibilidad de reflotar el Acta Institucional número 5 (AI-5), mediante la cual el régimen militar cerró en 1968 el Congreso y suspendió las garantías constitucionales. El AI-5 estuvo en vigor hasta 1978.
En una entrevista con un canal de televisión de Youtube, el diputado Bolsonaro acusó a Cuba y Venezuela de estar detrás de la ola de protestas y cambios que sacuden a Chile y otros países de América Latina gobernados por partidos conservadores, y asoció esos movimientos a las guerrillas de izquierda en los años 60.
«Llegará un momento en el cual será igual que a fines de los años 60 en Brasil, cuando secuestraban aviones, ejecutaban, secuestraban a altas autoridades como cónsules, embajadores, ejecutaban a policías, a militares», lanzó Bolsonaro hijo.
«Si la izquierda se radicaliza a ese punto, tendremos que dar una respuesta. Esa respuesta puede ser un nuevo AI-5, puede ser una legislación aprobada por plebiscito (…). Tendremos que dar alguna respuesta», subrayó.
El presidente Bolsonaro se distanció de las declaraciones del diputado, uno de sus tres hijos dedicados a la política con un protagonismo inusual en los rumbos del gobierno, aunque ninguno forme parte del gabinete (los otros dos son el senador Flavio y el concejal Carlos Bolsonaro).
«Quien hable del AI-5 está soñando. [Eduardo] es independiente. Si dijo eso, lo lamento, lo lamento mucho», declaró Jair Bolsonaro a periodistas en Brasilia.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT, izquierda, del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva), Gleisi Hoffmann, tuiteó que la declación de Eduardo Bolsonaro fue de tipo «criminal, contraria a la Constitución y a la democracia».
El diputado ya había dicho el martes que «la historia se repetirá» en caso de que protestas como las de Chile se produjeran en Brasil.
El año pasado, en plena campaña electoral, había desatado una polémica al decir en un video que «bastan un soldado y un cabo para cerrar el STF».