Taormina, Italia | AFP |
por Olivier BAUBE
Las estrepitosas declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump y sus férreas posturas en temas como el proteccionismo económico o el cambio climático amenazan la cohesión de la cumbre del G7, inaugurada este viernes en la ciudad italiana de Taormina, en Sicilia.
«Los alemanes son malos, muy malos», dijo Trump, según el semanario Der Spiegel, durante un encuentro la víspera en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, y el presidente del Consejo, Donald Tusk.
«Miren los millones de vehículos que venden a Estados Unidos. Es terrible, nosotros vamos a parar esto», dijo Trump, según uno de los participantes del encuentro.
Sus agresivas declaraciones han caldeado el clima pese a que los líderes de las siete potencias económicas están decididos a luchar unidos contra los grupos yihadistas, a pesar de sus divisiones en temas como el proteccionismo comercial y el calentamiento global.
«No hay dudas de que es uno de los G7 más difíciles», comentó este viernes Tusk.
Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, no hizo ningún comentario al llegar a Taormina.
El balneario siciliano recibió con imponentes medidas de seguridad a los líderes de Estados Unidos, Alemania, Francia, Canadá, Italia, Reino Unido y Japón.
La cumbre de dos días arranca empañada por la muerte de numerosos niños y adolescentes en el atentado del lunes en Mánchester.
La primera ministra británica, Theresa May, lanzará un llamado a los países del G7 para luchar contra la radicalización en internet.
May, Trump, el presidente francés Emmanuel Macron y el italiano Paolo Gentiloni participan por primera vez en la selecta reunión de las democracias más industrializadas.
Esta cumbre es considerada como una prueba clave para medir la seriedad de la nueva administración estadounidense y conocer si Trump implementará sus controvertidas promesas de campaña contra el acuerdo de París sobre el cambio climático.
Los altos funcionarios están dispuesto a negociar sin descanso para tratar de superar lo que hasta ahora resultan diferencias irreconciliables, ante la intención anunciada por Trump de romper el histórico pacto mundial para reducir las emisiones de carbono.
– Unidos contra el terrorismo –
Importantes delegados admiten que es necesario limitar los daños, ante los temores de que la presidencia de Trump comience a aplicar su lema de campaña «America First» (Estados Unidos primero).
El anfitrión de la cumbre, Paolo Gentiloni, reconoció la víspera de la reunión que la situación no es fácil.
«La presidencia italiana tratará de que se apruebe una declaración común contra el terrorismo y a la vez fomentar un acercamiento entre las diferentes posiciones», declaró a la prensa.
Lucha antiterrorista es un tema que une, pese a la protesta del Reino Unido y de la propia May por las filtraciones de las agencias de inteligencia estadounidense sobre el atentado de Mánchester publicadas por la prensa de Estados Unidos.
Trump, que calificó de «muy preocupantes» las supuestas filtraciones, pidió al Departamento de Justicia y «a otras agencias relevantes» una «completa investigación al respecto».
– La otra cara de Trump –
Para Trump, la reunión de Taormina es la última etapa de su primera gira internacional de nueve días que incluyó Arabia Saudita, Israel, Vaticano y Bélgica.
El agotador viaje desvió por ahora la atención sobre las graves acusaciones en su país sobre el papel de Rusia en su campaña electoral y le permitió mostrar otra cara, más moderada, después del encuentro el miércoles en el Vaticano con el papa Francisco, donde se presentó como un hombre de paz.
Los otros seis jefes de Estado y de gobierno se comprometieron a recibirlo con mente «abierta» y evitar dar la impresión de aliarse en su contra, según explicaron fuentes diplomáticas italianas.
En cuanto al comercio, los llamados «sherpas», es decir los asesores de las delegaciones, negocian sin parar varios puntos de una declaración común que se conocerá el sábado.
Trump, al contrario que sus aliados, defiende el proteccionismo y adelantó que viene a denunciar las prácticas desleales en el comercio internacional.
Las «posibilidades de fricciones son muy altas», comentó Julianne Smith, analista del Centro para la Seguridad de América(CNAS).
La presidencia italiana del G7 también quiere traer al primer plano la situación de África, no sólo por su cercanía geográfica, sino también para buscar una salida conjunta a la crisis migratoria.
Por ello invitó a los líderes de cinco países africanos: Túnez, Níger, Nigeria, Kenia y Etiopía, de donde provienen buena parte de los emigrantes y refugiados que huyen de las guerras y el hambre.