El crack argentino está convencido de que en 2016 ni él ni Cristiano Ronaldo se alzarán con el galardón de la FIFA.
Leo Messi es consciente de que la derrota de Argentina en la final de la Copa América, aunque fuera en los penaltis, le resta buena parte de las posibilidades que tenía de revalidar su triunfo en el Balón de Oro y alcanzar el sexto galardón de su carrera. La Liga, la Copa y el registro de máximo goleador mundial en 2016 no cree Messi que sean suficiente para volver a ser coronado en la gala de la FIFA en Zúrich.
Sin embargo, tampoco cree que sea Cristiano Ronaldo, una vez más, el futbolista alternativo a sus éxitos. Es cierto que el madridista ha ganado la Champions League, pero sus registros goleadores han descendido este año y sólo un triunfo de Portugal en la Eurocopa podría encaramarle al primer lugar en las votaciones.
De cualquier forma, Messi está convencido de que el triunfo de la Eurocopa será para Francia y que el Balón de Oro será para el jugador revelación del torneo europeo, el futbolista del Atlético Antoine Griezmann, que, curiosamente, está oscurenciendo con sus goles al Real Madrid: al pretendido fichaje galáctico Pogba; al ausente del que nadie se acuerda, Benzema; y a Cristiano Ronaldo y Gareth Bale, para quienes hasta hace unos días se reclamaba el Balón de Oro del torneo. Griezmann tiene todos los números para ser la gran estrella de la Eurocopa y es el favorito de Messi para sucederle en el trono del Balón de Oro.