Cuando presidía la Cámara de los Comunes con sus intervenciones mordaces, John Bercow parecía disfrutar con la confrontación. Ahora el antiguo speaker de la crisis del Brexit está acusado de haber tiranizado a su equipo.
Sus gritos de «¡Orden, orden!» a los diputados indisciplinados dieron la vuelta al mundo e hicieron las delicias de los internautas que descubrían los debates parlamentarios británicos.
Su papel central en la agitación política que precedió a la salida de la Unión Europea fue elogiado por unos y denostado por otros. En su propio bando conservador hubo quien acusó a Bercow, de 57 años, de parcialidad anti-Brexit.
Tras su dimisión el 31 de octubre, que debía ser el día del divorcio antes de un tercer aplazamiento hasta el 31 de enero, el expresidente de la Cámara de los Comunes sigue generando polémica.
Con frecuencia se nombra a los antiguos speakers de la Cámara de los Comunes en la Cámara de los Lores, la cámara alta del Parlamento británico, cuyos miembros llevan una capa roja adornada con armiño.
Pero John Bercow está acusado de haber tiranizado a su equipo durante sus diez años como presidente de la Cámara Baja y de haber permitido la generalización del acoso, principalmente sexual, debido a una «cultura de deferencia», según un informe redactado en 2018 por una exmagistrada de la Alta Corte de Londres.
El líder del Partido Laborista Jeremy Corbyn, la principal formación de la oposición, lo mencionó para un nombramiento a la Cámara de los Lores.
Lord Lisvane, su principal asesor hasta 2014, presentó una demanda de acoso ante un organismo independiente de la Cámara Baja, según la prensa británica.
Y David Leakey, quien ocupó el puesto ceremonial de caballero ujier del bastón negro («Black Rod») durante siete años hasta 2017, acusó al antiguo speaker de haber «brutalizado a los miembros del personal, entre ellos yo (…) con su ira». Estimó en una entrevista con el Daily Mail que nombrarlo para la Cámara de los Lores sería «un escándalo».
Poco amigo de convencionalismos
En la cadena de televisión Sky News, a la que acudió para promover su autobiografía, Bercow refutó estas acusaciones: «Insisto absolutamente en que nunca he acosado a nadie, en ningún sitio y en ningún momento».
El portavoz del primer ministro conservador, Boris Johnson, tachó las acusaciones de «muy preocupantes» y aseguró que serían investigadas a fondo.
Normalmente es Boris Johnson quien debe presentar o no el nombre de John Bercow, perteneciente como él al Partido Conservador, para un nombramiento en la Cámara de los Lores.
Pero los dos hombres no se aprecian. Los partidarios del Brexit acusaron al expresidente de la Cámara Baja de haber usado las reglas parlamentarias en detrimento de ellos para evitar una salida de la UE.
«Hasta donde yo recuerdo, el ‘speaker’ nunca ha sido fan de los convencionalismos», comentó a la AFP un funcionario de Downing Street.
Lindsay Hoyle, el sucesor de John Bercow, de quien fue adjunto durante nueve años, anda con pies de plomo. Dice no haber presenciado ningún mal comportamiento y se compromete a poner fin a la «cultura del acoso» en la Cámara de los Comunes.
En su opinión hay que respetar la tradición: se debe presentar el nombre de su predecesor para el nombramiento, que deberá evaluar una comisión especial.
Por otro lado, la cámara baja no ha apreciado aparecer en la la autobiografía de su antiguo jefe. «Es inaceptable nombrar públicamente a un miembro del personal actual o pasado sin que lo sepa antes, en particular para obtener un beneficio financiero o éxito comercial», protestó en un comunicado inusual.