El estado australiano de Victoria prohibirá «las prácticas crueles e intolerantes que buscan cambiar o suprimir la orientación sexual o la identidad de género» de una persona.
Un proyecto de ley fue presentado este miércoles en el Parlamento del estado a través del cual se establecen medidas para «proteger a los victorianos de los graves daños y traumas causados por las prácticas de conversión», según un comunicado publicado por el gabinete del primer ministro de Victoria, Daniel Andrews.
Además, la nueva ley resalta que la ideología detrás de estas prácticas es «defectuosa y errónea» y establece sanciones penales para las personas que sometan a otras a cambios o prácticas de supresión, con hasta diez años de prisión.
Derechos humanos
El proyecto de ley facultará a la Comisión de Igualdad de Oportunidades y Derechos Humanos de Victoria (VEOHRC) para investigar los informes de prácticas de conversión.
Asimismo, las personas que traten de eludir la ley marchándose a otro estado para llevar a cabo estas prácticas, también podrán ser condenadas a una pena de cárcel de hasta dos años.
La publicidad de este tipo de prácticas tampoco queda exenta, y supondrá una sanción penal y una multa que puede llegar hasta los 10,000 dólares australianos (unos 6,100 euros).
La nueva ley establece, por otro lado, mecanismos para apoyar a las víctimas de este tipo de prácticas que les permitan abordar el daño que se les ha infringido.
Con esta nueva legislación, «estamos enviando un claro mensaje: nadie está ‘roto’ por su sexualidad o identidad de género. Estos puntos de vista ya son intolerados en Victoria«, subrayó la fiscal general del estado, Jill Hennessy.
Por su parte, el ministro de Igualdad victoriano, Martin Foley, ha incidido en que «toda persona merece vivir su vida con seguridad y orgullo«, por lo que «poner fin a los cambios degradantes y deshumanizados o a las prácticas de supresión permitirá a los victorianos LGBTIQ+ hacer justamente eso».