El nuevo coronavirus ya circulaba por Brasil a principios de febrero, antes de las multitudinarias fiestas de carnaval y de que se detectara oficialmente el primer caso, señala un estudio de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz).
El estudio, que usa una «metodología estadística de inferencia a partir de los registros de defunciones», sostiene que la covid-19 «empezó a diseminarse alrededor de la primera semana de febrero», 20 días antes del primer diagnóstico oficial en Sao Paulo en un paciente que volvió de Italia y 40 días antes de que se confirmara la transmisión comunitaria.
Mientras países de Europa y América (incluido Brasil) «vigilaban a los viajeros y confirmaban los primeros casos importados de covid-19, la transmisión comunitaria [cuando ya no es posible rastrear el origen de los contagios] ya estaba en curso», precisó la fundación, una institución de investigación en salud pública de referencia en América Latina.
Entre el 21 y 25 de febrero Brasil celebró el carnaval, su mayor fiesta popular, que arrastra cada año a grandes multitudes a las calles de Río de Janeiro, Sao Paulo, Salvador y otras ciudades.
El 26 de febrero, miércoles de ceniza, día en que los brasileños ‘enterraron’ oficialmente las celebraciones, el país anunció su primer caso de covid-19, un virus detectado a fines del año pasado en China.
El coronavirus dejó hasta el momento más de 11,500 muertes y más de 168,000 casos de infección en Brasil, según datos oficiales. Pero según expertos, debido a la ausencia de test masivos, el número de contagiados puede ser hasta 15 veces superior.
El estudio de la Fiocruz sugiere que al igual que en el país sudamericano, en Italia, Holanda y Estados Unidos la diseminación comunitaria se inició entre dos a cuatro semanas antes de la detección de los primeros casos importados.
En todos los países analizados (lista que incluye también China, Bélgica, Francia, Alemania, España y Reino Unido), la circulación del virus comenzó antes de que fuesen implementadas las medidas de control.
Además de ayudar a comprender cómo se inició la transmisión, la investigación refuerza la importancia de la detección precoz de nuevos brotes en el futuro.
«Ese período bastante largo de transmisión comunitaria oculta remite al gran desafío de rastrear la diseminación del nuevo coronavirus e indica que las medidas de control deben adoptarse, por lo menos, apenas se detectan los primeros casos importados en una nueva región geográfica», afirmó el investigador Gonzalo Bello, coordinador de la investigación.
El estudio fue realizado por el Laboratorio de Sida e Inmunología Molecular del Instituto Oswaldo Cruz (IOC/Fiocruz), en colaboración con Fiocruz-Bahia, la Universidad Federal de Espírito Santo (UFES) y la Universidad de la República de Uruguay (UdelaR).