Tras la apertura de un proceso penal contra el presidente de la FIFA Gianni Infantino, la Comisión de Ética de la máxima instancia futbolística se encuentra bajo presión, ya que tiene poder para abrir una investigación al dirigente y, eventualmente, sancionarle.
Para el catedrático de derecho suizo Mark Pieth, el órgano encargado de la reforma de la justicia de la FIFA en 2011 para ganar independencia, no hay dudas: «La Comisión de Ética debe abrir una investigación«, declaró a la AFP.
En esto coincide con Miguel Poiares Maduro, expresidente del comité de gobernanza de la instancia, que en el diario Le Monde declaró que «ahora, la Comisión de Ética debe hacer algo«, considerando que Infantino es sospechoso de haber violado los artículos 13 y 14 del código ético de la FIFA (que se refieren a las reglas de conducta general y al deber de neutralidad).
El fiscal federal extraordinario, Stefan Keller, abrió el pasado jueves un proceso penal contra Infantino al considerar que existen «elementos constitutivos de un comportamiento punible».
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«Ni imparcialidad, ni independencia»
En concreto, la justicia suiza investigará si Infantino cometió «abuso de autoridad», «violación del secreto de función» y «obstaculización de la acción penal», explicó la fiscalía suiza.
El origen del proceso es un encuentro de Infantino con el fiscal general Michael Lauber y con el primer fiscal de Haut-Valois, Rinaldo Arnold, amigo de la infancia del patrón del fútbol y contra el que también se ha abierto un proceso penal.
La FIFA indicó el domingo que el sucesor de Sepp Blatter se mantendrá en el puesto pese a la acción de la justicia.
Y un día después indicó que Infantino, elegido en 2016 con un programa de reformas, «respetará toda decisión de la Comisión de Ética», precisando, no obstante que no existe «ninguna prueba de un comportamiento criminal o contrario a la ética», declaró el secretario general adjunto del máximo órgano futbolístico Alasdair Bell.
«Cuando se reformó la Comisión de Ética, fue el punto más importante: debía ser independiente del presidente (…) Por eso me ha sorprendido mucho que no se haya abierto ninguna investigación cuando salió a la luz que Infantino había utilizado un avión privado para regresar de Surinam en 2017″ poniendo como pretexto una cita importante, explica Pieth.
Actualmente, la Comisión de Ética presidida por el jurista italiano Mario Gallavotti, próximo a Infantino, «no tiene ninguna imparcialidad ni ninguna independencia«, denuncia Pieth, que enseña derecho en la Universidad de Basilea.
«Mala estrategia»
Cornel Borbély y Hans Joachim Eckert, los dos expresidente del tribunal interno de la FIFA, que suspendió a Blatter y Michel Patini días antes de ser interrogados en el marco de una investigación de la justicia suiza por el pago al entonces presidente de la UEFA de dos millones de francos suizos (2,1 millones de dólares), no fueron renovados en sus mandatos en mayo de 2017.
Fueron sustituidos por la colombiana María Claudia Rojas (en la instrucción) y el griego Vassilios Skouris (en el enjuiciamiento).
Para un buen conocedor de los engranajes de la instancia, que prefiere mantener el anonimato, «es posible que para guardar las formas, la señora Rojas abra una investigación, pero de ahí a suspender a Infantino provisionalmente...».
En cambio, en el pasado, la Comisión de Ética no dudó en suspender provisionalmente a altos responsables de la institución, incluido el propio Blatter, después de que se hubiese abierto un proceso e, incluso, sin necesidad de proceso judicial.
«Estoy seguro que Infantino va a poner a Rojas bajo presión. Va a tratar de difundir una espesa niebla«, estimó por su parte Eckert en el diario francés Le Monde.
Para otro experto en el funcionamiento de la justicia interna de la FIFA, «se debe abrir una investigación, aunque sólo sea por responder a la exigencia de transparencia de la que siempre presume Infantino».
«Pero el problema de la FIFA es que por defender sus propios intereses, van a proteger también los del presidente, aunque sepan que es una mala estrategia», añadió.