- El ambicioso proyecto impulsado durante la presidencia de Joan Laporta, planea transformar el Camp Nou en el estadio más grande de Europa, con capacidad para 105 000 espectadores. Para financiar esta reforma, el club contrajo una deuda global de unos 1 450 millones de euros con inversores como Goldman Sachs, JP Morgan y Legends, pero ha tenido serios problemas en su camino a tal grado que se el equipo corre peligro de no iniciar la liga 2025-26 en ese recinto.
Inicialmente previsto para concluir en 2024, el estadio ha sufrido fuertes retrasos burocráticos, logísticos y técnicos, incluyendo la quiebra de un proveedor de hierro, el hallazgo de una línea de alta tensión en el subsuelo, disputas con vecinos por ruido y limitaciones de horario, y problemas para importar mano de obra especializada.
Además, la prioridad en instalar asientos VIP ha ralentizado otras zonas esenciales para abrir el estadio.
Debido a estos problemas, el club no pudo conseguir la licencia de primera ocupación, obligatoria para abrir al público, pese a tener licencia de obra. Por ello, el Trofeo Joan Gamper del 10 de agosto de 2025 se jugará en el Estadi Johan Cruyff (6 000 asientos) y no en el Spotify Camp Nou, como se había anunciado inicialmente.
Hasta la jornada 4
A día de hoy, el regreso del Barsa al nuevo estadio se replantea tentativamente para la jornada 4 de La Liga (13‑14 de septiembre contra el Valencia), aunque sin certeza debido a la falta de permisos y avance de las obras.
En cuanto a las finanzas del club, Barcelona refinanció en junio de 2025 424 millones de euros de la deuda ligada a Espai Barça, aplazando el primer vencimiento hasta 2033 con un interés medio del 5,19 %, lo que alivia un poco la presión inmediata.
No obstante, sigue afrontando un vencimiento de 817 millones en 2028, que deberían financiar con los ingresos del nuevo Camp Nou, algo comprometido por los retrasos y la falta de generación de ingresos adicionales.
Desde su exilio en el Estadi Olímpic Lluís Companys (capacidad de 54 000), el club ha perdido cerca de 100 millones de euros al año en ingresos por taquilla, afectando su fair play financiero.
Además, la auditoría negó incluir ingresos aún no materializados (como asientos VIP no entregados), lo que complica su contabilidad y cumplimiento con La Liga.
El aspecto del Camp Nou que ha sufrido retrasos en su proceso de remodelación.
(Foto: FC Barcelona).
La remodelación del Camp Nou es un proyecto estratégico y de largo plazo para el club, pero enfrenta serios obstáculos técnicos y administrativos que han retrasado su ejecución.
Al mismo tiempo, la deuda multimillonaria y la reducción de ingresos por no jugar en casa generan una presión financiera considerable. De cara a 2026, el desafío será retomar la capacidad del estadio en tiempo, cumplir con el fair play financiero y estabilizar las finanzas sin depender exclusivamente de ingresos extraordinarios.