Se tambalea, rueda en el suelo y extiende los brazos en cruz como si estuviera borracho, pero Liu Xuliang no ha bebido una gota de alcohol. Este joven chino es un as del «boxeo del borracho», un arte marcial espectacular.
Según él, unas 1,000 personas practican en China este estilo de lucha, también conocido como boxeo ebrio, más parecido al kung fu, e incluso al ballet, que al boxeo propiamente dicho.
Literalmente «zui quan» significa «puño ebrio» o «boxeo del hombre borracho».
El objetivo es engañar al adversario haciéndole creer que estás borracho para luego derrotarlo con un gesto contundente y preciso.
«El boxeador borracho parece un borrachín pero en realidad está muy sobrio»,
resume Liu Xuliang, de 24 años, después de demostrar su talento en un gimnasio de Shanghái.
«Parece borracho, da risa, porque apenas se tiene en pie. Pero su sentido del ataque está intacto y sus movimientos están estudiados perfectamente», añade el joven profesional de las artes marciales.
Demostración: Liu avanza con aire amenazante, como si buscara pelea después de haber bebido de más, después se tambalea, se agacha, se para un instante y resucita de un brinco, haciendo volteretas muy por encima del suelo, dispuesto a golpear a un adversario imaginario.
Fuerza explosiva
El joven se apasionó por el boxeo del borracho al ver una serie de viejas películas de kung-fu en las que Jackie Chan interpreta a un maestro borracho.
Pero desde el final de la serie en 1994 la disciplina seduce menos, reconoce Liu Xuliang, quien intenta atraer público practicando este arte marcial en un parque de la capital económica china.
El gobierno chino apoya el boxeo del borracho tanto en el país como en el extranjero. Liu y sus compañeros del equipo nacional de artes marciales suelen actuar ante el público para que no se olvide «su arte».
Uno de sus compañeros, Peng Aofeng, explica que el boxeo del borracho es una disciplina más exigente que otras formas de artes marciales debido a los saltos y volteretas.
Y pocos atletas tienen la «flexibilidad y la fuerza explosiva» necesarias para este deporte, explica el treintañero.
Pese a su lado espectacular, el boxeo ebrio apenas se usa como método de defensa en la vida real.
Él reconoce que entre los no profesionales «casi nunca ha visto a nadie practicar el boxeo del borracho».
«Lo veo sobre todo como una forma de arte, de estética», añade.