La Federación Española de Fútbol (RFEF) ha multado con 300 euros al Barcelona por el fichaje de Antoine Griezmann en el pasado mercado, pero descarga al jugador de «cualquier responsabilidad disciplinaria».
El comité de competición (órgano disciplinario de la RFEF) consideró este jueves en su resolución que no se ha podido probar que Griezmann hubiera firmado un contrato con el Barça mientras tenía en vigor otro con el Atlético.
El equipo rojiblanco denunció tras el fichaje del francés que los 120 millones de euros de la cláusula de rescisión pagados por el Barcelona eran insuficientes porque el trato se habría cerrado cuando la cláusula era aún de 200 millones, reduciéndose a partir del 1 de julio.
El Atlético considera que el Barça y Griezmann, que anunciaron el fichaje el 12 de julio, habrían cerrado el acuerdo en marzo, mucho antes de haber terminado la temporada.
Según la resolución, el Barça reconoció haber mantenido contactos desde mayo, cuando Griezmann anunció su intención de dejar el Atlético.
«Primero se habría producido una resolución del contrato entre el Atlético de Madrid y el Sr. Griezmann como consecuencia del pago del importe de rescisión y, posteriormente, ya resuelto el primer contrato, se habría suscrito el segundo» con el Barça, afirmó Competición, siguiendo el parecer del instructor que examinó el caso.
En cambio, reconoce que el Barcelona no «notificó por escrito y con antelación» al Atlético sus conversaciones con Griezmann para su eventual fichaje, tal como marca la normativa, lo que habría llevado a la multa de 300 euros, al considerarlo una falta leve, ya que, aunque no hubo notificación oficial, el Atlético ya sabía que Griezmann quería irse.
El Comité de Competición reconoce que «la sanción económica (…) no guarda proporción alguna con la importancia de los hechos» y afirma «ser consciente» de «su carácter meramente simbólico» que no impedirá que «otros clubes que puedan estar en el futuro en la misma situación, adecuen su conducta a lo requerido reglamentariamente».
Pero, cree que esto «no es motivo suficiente» para optar por la clausura del estadio por un partido, la otra posibilidad sugerida por el instructor, que «parece estar pensada para infracciones de otra naturaleza».