El FC Barcelona tuvo en su mano el liderato de la Liga Santander pero dejó escapar un precioso botín en los últimos minutos de su partido frente al Levante (3-3), perteneciente a la jornada 36, dando vía libre al Atlético de Madrid, cuya ventaja podría ser casi definitoria si logra vencer este miércoles a la Real Sociedad en el Metropolitano.
Pendientes también estarán el Sevilla y el Real Madrid, que se habrán alegrado tras el inesperado tropezón culé, el segundo consecutivo tras el empate sin goles frente al Atlético y el tercero en cuatro jornadas. No son números para un equipo campeón, ni una recta final que demuestre la ambición por el título. Precisamente cuando mejor fútbol exhibían.
La noche comenzó de dulce para los pupilos de Ronald Koeman, pero todo se complicó en una segunda parte donde los locales subieron su nivel. La mala racha de los granotas –solo dos victorias en diez jornadas- no les ha impedido llegar ahogados al final de temporada, sobre todo por su buena renta al comienzo del curso. De hecho, este martes jugaron desde la ‘tranquilidad’ de tener la permanencia virtual más que atada.
El dominio inicial fue blaugrana, con un Sergio Busquets recuperado -con máscara- liderando en el centro del campo, con Pedri buscando el espacio como pocos y con Messi pululando en tres cuartos y haciendo de las suyas. El argentino fue quien abrió el marcador con una gran volea a pase de Jordi Alba, su mejor socio una vez más.
El gol fue contestado con un disparo tímido de Bardhi, pero la superioridad no se vio cuestionada. Mucho menos cuando llegó el segundo de la noche en botas de Pedri, que solo tuvo que empujar a gol un centro forzado de Dembélé. Todo marchaba sobre ruedas para un Barça que se ponía líder provisional mandando un mensaje de solidez a sus rivales. Busquets rozó el tercero con un cabezazo peinado que se marchó por un pelo.
Pero todo cambió en el segundo acto. De un partido controlado, a la mayor de las locuras en ambas áreas. El equipo de Paco López aumentó la presión, ajustó la defensa y -en dos minutos- puso patas arriba el guion de la Liga. Primero fue Melero, con la testa, a un centro exquisito de Jorge Miramón. Y dos minutos después fue turno de Morales.
El ‘comandante’, que logró su gol número 13 en esta Liga, rubricó una volea magnífica al palo más alejado de Ter Stegen. El gol fue un zurriagazo tremendo tras una combinación muy bonita con Roger Martí. La pérdida en la salida del balón castigó en demasía a un Barça que se quedaba sin recursos y con el marcador en contra.
En cuatro minutos, como por arte de magia, Dembélé recibió un balón rebotado en el costado derecho y -con gran potencia- la cruzó ante la mirada de Aitor Fernández. El gol fue un acto de rabia, una forma de pasar página y asegurar un triunfo que podría valer una Liga. Pero no fue así. Sergio León se encargó de volver a cambiar el destino barcelonista.
La astucia de Sergio León roba dos puntos al Barça
Los cambios finales no ayudaron, Dest permitió a Toño ganar un cuerpo a cuerpo que acabó siendo definitivo cuando tan solo quedaban siete minutos para el 90. El centro del lateral del Levante lo aprovechó Sergio León con la astucia que le caracteriza. El 3-3 dejó muy hundido a un Barça que lo intentó sin premio en el tramo final.
El Levante se defendió con todo, amarró el punto y zarandeó cualquier idea del Barça de seguir teniendo opciones para el doblete. Un triunfo del Atlético este sábado le situaría a cuatro puntos de los rojiblancos con tan solo seis por jugar. Sólo un milagro en el resto de encuentros devolvería al Barça a una pelea para la que parece desahuciado.