La administración Biden ve con intranquilidad las actividades cibernéticas que provienen de Rusia y China
La Administración del presidente estadounidense, Joe Biden, ha anunciado un nuevo plan para fortalecer y proteger la infraestructura del país frente a ciberataques realizados principalmente por Rusia y China.
Las autoridades han indicado así que se impondrán multas contra aquellos contratistas que no denuncien ataques informáticos, una medida puesta sobre la mesa a raíz del ‘hackeo’ sufrido por el oleoducto Colonial en mayo.
La Casa Blanca ha anunciado, además, que está trabajando para poner en marcha un plan de acción que involucre a «sectores vitales» como el energético, según informaciones de la cadena CNN.
Para el Gobierno, la protección de las infraestructuras de transportes y energía es una «prioridad». La vicesecretaria de Defensa, Kathleen Hicks, ha asegurado que esto tendrá una «implicación directa en las operaciones militares realizadas de cara al futuro».
«Creemos que esos objetivos son los principales para China o Rusia cuando estudian la posibilidad de sacar adelante campañas militares», ha aseverado. Así, ha explicado que estos dos países siguen siendo el principal punto «a observar» por parte del Departamento de Defensa «por su capacidad», si bien Irán también está en el punto de mira.
«La vinculación de la patria a las campañas militares en el extranjero no es algo en lo que piensen la mayoría de los estadounidenses», ha señalado Hicks antes de matizar que «no es algo por lo que el Departamento de Defensa haya tenido que preocuparse durante años». «Esto supone un cambio importante», ha recalcado.
Según expertos, algunos grupos de ‘hackers’ rusos se han especializado en este tipo de ataques contra infraestructuras de gran importancia para acceder a información y, además, tener acceso a determinadas redes ante un posible conflicto.