La Administración Biden emprendió a mediados del mes pasado un intento de contacto informal con Corea del Norte sin recibir respuesta, según confirmaron fuentes de la Casa Blanca bajo condición de anonimato a la cadena CNN.
«Para reducir los riesgos de escalada, llevamos desde mediados de febrero intentando contactar con Corea del Norte a través de varios canales, incluso en (la Asamblea de Naciones Unidas en) Nueva York», afirma esta fuente.
«Hasta la fecha, sin embargo, no hemos recibido ninguna respuesta de Pyongyang. Llevamos un año sin mantener un diálogo activo con Corea del Norte, a pesar de los múltiples intentos de Estados Unidos de participar», lamentó.
El año pasado, Corea del Norte acusó al entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de haber incumplido su palabra y aseguró que las «promesas vacías» que realizó hace dos años en su primera cumbre con el líder norcoreano, Kim Jong Un, frustraron la esperanza de un proceso de nuclearización.
Durante el proceso, la Administración Biden ha consultado con antiguos responsables del Gobierno estadounidense con experiencia en la política de Corea del Norte, incluidos algunos funcionarios de la administración Trump, así como con aliados de Japón y Corea del Sur.
Desnuclearización
La primera cumbre entre Kim y Trump terminó con una declaración de intenciones firmada por ambos líderes y con cuatro puntos principales: normalizar las relaciones entre ambos países, la firma de un tratado de paz para poner fin a la guerra de Corea (1950-1953), la repatriación de los restos de soldados estadounidenses muertos en Corea del Norte y el inicio de un proceso de desnuclearización total de la península.
A pesar de que Trump y Kim mantuvieron otras dos reuniones desde entonces, los dos países siguen sin avanzar en las negociaciones para poner en marcha el proceso de desnuclearización. Trump insistía en que Kim tenía que renunciar al armamento nuclear antes de que se comience a retirar las sanciones mientras que Corea del Norte pedía contrapartidas a cambio de renunciar a este tipo de armamento. Los encuentros no desembocaron en resultado alguno.
Estos contactos ocurrieron al mismo tiempo que Japón pidió a Estados Unidos retomara las conversaciones por dos motivos: la necesidad de que se desmantelara de «manera completa» e «inspeccionable» el programa nuclear norcoreano y el retorno de los ciudadanos japoneses secuestrados por Corea del Norte en los años 70 y 80, un conflicto que Japón quiere resolver con premura pese a las negativas norcoreanas debido a que los principales denunciantes –padres de las víctimas– están muriendo por su avanzada edad.