Estados Unidos anunció este martes el despliegue, por primera vez, de un arma nuclear de baja potencia a bordo de un submarino, con la intención de disuadir a Rusia de utilizar armas similares.
La Marina estadounidense desplegó «la ojiva nuclear W16-2 en un misil balístico lanzado desde un submarino», indicó un comunicado del número dos del Pentágono, John Rood.
«Adversarios potenciales como Rusia creen que el empleo de armas nucleares de baja potencia les dará una ventaja sobre Estados Unidos y sus aliados y socios», añadió Rood, confirmando así una información revelada por un grupo de expertos, la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS, por sus siglas en inglés).
Durante la publicación de la nueva «postura nuclear» de Estados Unidos en febrero de 2018, el Pentágono anunció que iba a modificar unas 50 ojivas nucleares para reducir su potencia y embarcarlas a bordo de submarinos con el fin de reducir la amenaza de Rusia.
Según Washington, Moscú está modernizando un arsenal de 2.000 armas nucleares tácticas, lo cual amenaza a los países europeos limítrofes e incumple las obligaciones del tratado de desarme Nuevo START, firmado por Estados Unidos y Rusia en 2010.
Este último se aplicó a las armas estratégicas que hacen posible una estrategia de disuasión nuclear, basada en una «destrucción mutua asegurada».
Esas armas nucleares tácticas, de una potencia inferior a la bomba de Hiroshima, permitirían a Rusia aventajar a los occidentales en caso de conflicto, ya que Estados Unidos dudaría a la hora de replicar con un arma nuclear de gran potencia, mucho más devastadora.
Según Washington, Rusia teme ser dominada rápidamente en caso de conflicto con los occidentales, y por ello ha adoptado una doctrina de «escalada-desescalada» que consiste en lanzar antes que sus enemigos un arma nuclear de baja potencia, de efectos más limitados.
Las nuevas armas «fortalecen la disuasión» y le dan a Estados Unidos una capacidad de respuesta «rápida y menos mortífera», dijo Rood. «Demuestran a posibles adversarios que un uso limitado del arma nuclear no supone ninguna ventaja porque Estados Unidos puede responder de forma creíble y decisiva a cualquier amenaza», agregó.
«Un arma peligrosa»
La ojiva W76-2, que tiene una potencia estimada en cinco kilotones, se desplegó a finales de 2019 a bordo del submarino USS Tennessee, que patrulla el Atlántico, afirmaron la semana pasada dos expertos de la FAS.
Su potencia es tres veces inferior a los 15 kilotones de la bomba de Hiroshima, y es muy baja en comparación con las demás armas nucleares embarcadas a bordo de los submarinos similares al USS Tennessee, que alcanzan 455 o 90 kilotones, precisaron las mismas fuentes.
Los críticos con esa medida temen que, después de décadas en las que el tamaño de las armas nucleares se consideraba como una disuasión para su uso, ahora la probabilidad de que se utilicen pueda aumentar.
Para los expertos de la publicación Bulletin of the Atomic Scientists, esa nueva ojiva nuclear es «un arma peligrosa basada en una mala reflexión estratégica».
Si un submarino estadounidense se ve obligado a lanzar un misil con una carga nuclear reducida, el enemigo no tendrá ninguna forma de conocer la potencia del arma que se dirige hacia él, lo cual supondrá un problema: el enemigo podría prever lo peor y replicar con un arma nuclear de gran potencia, explican.