- Para cualquier investigación –penal, periodística o de cualquier tipo–, lo más importante es tener la mayor cantidad de información confiable, incluyendo documentos, testimonios y., sobre todo, tener la voluntad de descubrir la verdad y llegar a conclusiones claras y contundentes. La estafa de las vacunas rusas Sputnik V dejó al país con pérdidas de más de Q400 millones… ¿Sin responsables?
Gonzalo Marroquín Godoy
El doctor Edwin Asturias es uno de los epidemiólogos e infectólogos más destacados de Guatemala y reconocido a nivel internacional. En 2020, con la llegada de la pandemia por el covid-19, el presidente Alejandro Giammattei le llamó a Colorado, (EEUU) y le pidió ponerse al frente de una comisión especial para contribuir a mitigar los efectos en materia de salud.
Asturias dejó su trabajo en Estados Unidos y se puso al frente de la Comisión Presidencial Contra el Covid (Coprecovid), pero duró poco tiempo en el cargo, al lamentar algunas de las decisiones que se tomaban bajo aquella administración.
Desde el año 2021, el desaparecido diario elPeriódico denunció y publicó en detalle todas las irregularidades del contrato firmado por la ministra de Salud, Amelia Flores, el que prácticamente dejaba indefenso al Estado de Guatemala, sin posibilidad de exigir que se determinaran las fechas de entrega de las vacunas Sputnik V que, para ese entonces, ya gozaban de dudosa fama a nivel internacional y no eran recomendadas por la OMS.
Para profundizar y tener un panorama más apegado a la verdad, Crónica entrevisó al Dr. Asturias, quien no participó en ninguna de las fases de dicha compra, pero su visión y conocimiento de los hechos señalan a algunos de quienes estuvieron implicados en el oscuro negocio.
Han pasado desde entonces más de tres años y el Ministerio Público (MP), a cargo de Consuelo Porras, y la Fiscalía Contra la Impunidad (FECI), bajo el mando de Rafael Curruchiche, se han resistido a llevar una investigación seria sobre el caso de las vacunas rusas.
Las noticias, firma del contrato y sanciones de EEUU, apuntan claramente a los actores principales de este escándalo: Giammattei, Miguel Martínez, Pedro Brolo y Amelia Flores.
Aquí la entrevista:
Retrocedamos en el tiempo y vayamos al año 2020. En el mercado mundial había ya varias vacunas reconocidas y aprobadas por la OMS contra el covid-19. ¿Qué se sabía de la vacuna rusa Sputnik V en aquel momento?: La comunidad científica, ni bien se confirmó que las infecciones pulmonares en China eran por este nuevo coronavirus, se volcó al desarrollo de varias vacunas. Los Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido recibieron las secuencias genéticas del virus para finales de enero, y se inició una marcha contra reloj. El 29 de abril del 2020, Pfizer/BionTech anunciaba las primeras pruebas en 12 personas de su vacuna prototipo. AstraZeneca le siguió con sus primeros estudios en humanos en abril y mayo del 2020. Para el 11 de agosto, Rusia anunciaba el lanzamiento de Sputnik V, su vacuna candidata basada en adenovirus y el 4 de septiembre, los resultados de sus estudios de la fase 1/2 fueron publicados. O sea, Rusia iba cuatro meses atrás de los desarrollos de Estados Unidos y el Reino Unido.
Los estudios de fase 1/2 son los estudios iniciales en humanos, y sirven primariamente para asegurarse que las vacunas son seguras y no tienen toxicidad y ver los primeros resultados de aumento de las defensas (inmunidad). De acá, las vacunas pasan a dos fases más, la 2b y la fase 3. Rusia nunca llegó a hacer público su estudio de fase 3 completo y por ello la Organización Mundial de la Salud no pudo certificarla como una vacuna válida para el programa COVAX.
Usted renunció el 8 de diciembre de 2020 para salir el 31 de diciembre del cargo al frente de la Coprecovid… ¿Se hizo antes de su salida algún análisis sobre las posibilidades que había en el mercado para obtener vacunas y se presentó alguna recomendación a las altas autoridades?: No hicimos un análisis de mercado, pero sí de las posibilidades de acceder a vacunas que mostraron eficacia desde octubre del 2020. Sabíamos juntamente con el Ministerio de Salud Pública que la única manera de mitigar y prevenir la mortandad por este virus pandémico seria a través de las vacunas, porque los confinamientos eran ya insostenibles. De hecho, en Julio del 2020 la ministra Flores firmó el compromiso con COVAX que nos permitía participar y potencialmente recibir vacuna suficiente para 1 de cada cinco guatemaltecos, sobre todo trabajadores de salud y personas de alto riesgo.
¿Qué ventajas –económicas, de inmediatez, confiabilidad, manejo, etcétera– podría tener la Sputnik V sobre las vacunas de Moderna, Pfizer o Johnson, para citar algunas de las que estaban en el mercado en ese momento?: No había ninguna ventaja en la vacuna Sputnik contra las desarrolladas por productores de Estados Unidos o el Reino Unido. El gran engaño ruso fue prometer a países pequeños como Guatemala que ellos les podían entregar vacunas con más rapidez, pero todos sabíamos que en ese momento el Fondo Ruso estaba desesperado haciendo acuerdos con Indonesia y otros países para que les produjeran más vacunas porque su industria era insuficiente para satisfacer los contratos suscritos. Por ello, el Fondo Ruso le ofrecía a países como México y Argentina que pudieran maquilar su vacuna para ventas a otros países.
¿Discutió alguna vez con la ministra Amelia Flores el tema de la compra de las vacunas Sputnik V?: Yo me enteré al inicio de febrero por medio de colegas que conformaban el Comité Nacional Asesor de Practicas de Inmunizaciones de Guatemala que el Ministerio les pedía opinión tanto de la vacuna Sputnik como de la Soberana cubana. Pero no fue hasta finales de febrero del 2020 que la ministra Flores me hizo saber que el presidente empujaba un contrato con Rusia porque sin las aprobaciones del Congreso de eximir de demanda a los productores, ni Pfizer ni Astra Zeneca podían proseguir con posibles contratos. Yo el 12 de agosto del 2020 por medio de Soy502.com) dije públicamente que “la vacuna rusa contra el covid-19 todavía tenía que completar la tercera fase de estudios” y que “su uso prematuro arriesga la salud innecesariamente”.
Hay que recordar que el 25 de febrero del 2021, el Departamento de Regulación y Control del Ministerio de Salud autorizo la vacuna Sputnik, a pesar de que solo se había publicado el estudio parcial de fase 2, y aun no se sabía nada de su fase 3 completa.
Su renuncia fue en diciembre de 2020 y la compra de las vacunas Sputnik V se dio el 30 de marzo de 2021, ¿se podría decir que la Coprecovid no tuvo nada que ver con la decisión a favor de la vacuna rusa?
Con certeza absoluta. La Coprecovid nunca tuvo conocimiento, opinión, dictamen, o participación en ninguna de las decisiones que implicaban los contratos de vacunas para COVID-19. La Coprecovid solamente participo en el diseño del Plan Nacional de Vacunación que delineaba la estrategia de a quien vacunar, y en el delineamiento de los aspectos técnicos de que condiciones deberían tener las vacunas que luego se definieron en el Decreto 04-2021 que aprobó el Congreso de la Republica. Y en ese Decreto, claramente se hacía explicito que ninguna vacuna que no hubiese cumplido con la fase 3 y tuviese aprobación de organismos regulatorios reconocidos podía comprarse para su uso en Guatemala. Las actas de la Coprecovid reflejan claramente estas discusiones, y en ninguna de ellas se abordó el tema del contrato o consideración de la vacuna Sputnik.
¿No había demasiado riesgo en firmar un contrato que no obligaba a la farmacéutica rusa a entregar las vacunas en fechas establecidas previamente?: Está claro que cualquier contrato, en medio de una pandemia, del cual dependía el Estado para proteger la vida de sus ciudadanos, debería asegurar el despacho oportuno de las vacunas. La epidemia de COVID-19 tenía al país en alarma, y en estado de emergencia, y el contrato debía definir los tiempos y montos de entrega, pero el contrato con el Fondo Ruso se mantuvo oculto basados en una cláusula de confidencialidad que la Presidencia interpreto a su antojo. La mayoría de los productores de vacuna pedía confidencialidad con respecto al precio y las patentes, pero no sobre el número de dosis adquiridas ni sus tiempos. No había razón comercial o de propiedad para ocultar datos que permitirían al Ministerio de Salud y a la población planificar como recibirían las vacunas. Por ello el mecanismo COVAX pudo despachar sin cláusulas de confidencialidad específicas, y en todos los países de América Latina excepto Guatemala, la confidencialidad del contrato se limitó a la negociación del precio y a la propiedad intelectual, pero nunca a las entregas ni a la logística de planificación.
¿Tenían las autoridades de salud la logística necesaria para el manejo de las Sputnik V?: La mayoría de las vacunas contra el COVID-19 necesitaban congelación a menos 20 grados centígrados, porque la inmediatez de su desarrollo no permitió evaluar si podían usarse a temperaturas más altas. Por tanto, el Ministerio de Salud se vio con un problema de tener que mejorar rápidamente su capacidad de congeladores (cadena de frio), y eso fue un problema grave sobre todo en las áreas más rurales. El personal debía ser entrenado en unas cuantas semanas, y debería volcarse a vacunar a millones de guatemaltecos en pocas semanas. Esto no podía hacerse sin contar con una planificación en el despacho de dosis correcta.
¿Intentó el presidente Giammattei conocer su opinión sobre las vacunas rusas antes de su partida o después de ella?: ¡Nunca! De hecho, cuando yo abordé al presidente Giammattei al inicio de noviembre de 2020 para que pudiéramos cabildear con el Congreso la asignación de fondos para más vacunas que las de COVAX, dado los datos de fase 3 de Pfizer, el expresidente replicó diciéndonos que “para qué?… si esas vacunas contra la COVID-19 son pura agua…”. En ese preciso momento, yo supe que mi renuncia seria inminente e irrevocable. Con mi trayectoria y conocimiento sobre vacunas por más de tres décadas, no podía creer que el supuesto líder del Gobierno pudiera estar en contra de la única medida que efectivamente salvaría miles de vidas, y ayudaría a salir de esta situación.
De hecho, yo le hice ver claramente al expresidente, que lo que habíamos suscrito con COVAX sería insuficiente, y que yo lo abordaba en ese momento (noviembre) porque debería tener claro que la población de Guatemala reclamaría más vacunas que las que teníamos ya aseguradas. La ministra y yo salimos de casa presidencial sabiendo que, si queríamos proteger a la población, tendríamos que trabajar en contra de la corriente y tratar de asegurar el financiamiento y los acuerdos para que otras vacunas pudieran ser contratadas. Los guatemaltecos también deben saber que, a pesar de los esfuerzos y recomendaciones claras de la Coprecovid con respecto a lo que se necesitaba para poder acceder a las vacunas disponibles, o a la apertura escolar, la oposición a esas recomendaciones vino directamente del expresidente, la entonces secretaria general Leyla Lemus y la ministra de educación.
En la última conferencia de prensa que yo tuve de la Coprecovid a finales de diciembre, antes de la misma, recibí llamada directa del expresidente Giammattei y de la secretaria Lemus, para eliminar de mi presentación el tema de la excepción de delitos que requerían los productores de vacunas para acceder al contrato. En ambas llamadas yo les reiteré que no iba a cambiar mi posición ni recomendación y que los guatemaltecos y el Congreso debían conocer los pasos necesarios para optar a más vacunas. Me dejó muy claro en esas llamadas que la intención de ambos era bloquear la opción de compra de vacunas producidas por empresas de trayectoria. El sentido común nos puede decir cuáles eran los motivos para dicha oposición a la transparencia.
¿Esperaba usted mayor receptividad a sus propuestas, tomando en cuenta que el presidente Giammattei era médico?: Cuando acepté la petición del expresidente Giammattei de venir a Guatemala a coordinar el esfuerzo de la Coprecovid lo hice sabiendo que no comulgaba con la mayoría de su gabinete y sus políticas, pero que la epidemia y el riesgo que corrían nuestros compatriotas me hizo dejar mi posición en la academia para contribuir con mis conocimientos y competencias a Guatemala. Logré que el presidente siguiera nuestras recomendaciones por los primeros cuatro meses, pero luego que controlamos la primera ola de la pandemia se hizo claro que el proyecto de corrupción y asalto al Estado se reactivaría.
La Coprecovid comenzó a tener barreras para ejercer su acción y recomendaciones, y para noviembre, estuvo claro para mí, que el presidente seguiría por un rumbo oscuro que no coincidía con mis valores y mis preceptos técnicos. En las últimas dos décadas hemos tenido un presidente y un vicepresidente médicos, y a ninguno de los dos los he visto honrar el juramento hipocrático durante su paso por el gobierno. No es que los médicos no seamos buenos, es que siempre habrá algunos médicos torcidos.
Si Coprecovid no tuvo incidencia en la compra de las vacunas Sputnik V, ¿qué le parece que el MP trate de desviar la atención hacia la Comisión, en vez de investigar a quienes tenían el poder de decisión?: Creo que los guatemaltecos saben y perciben claramente que los fiscales del MP no investigaron por más de 2 años la denuncias que tanto la prensa como muchos profesionales plantearon. La evidencia apunta claramente a que este contrato fue negociado antes que la ministra Flores lo recibiera, y que fue acorralada políticamente dejándole la única opción de firmar este contrato para no dejar a la población desprotegida. Es evidente en las declaraciones del presidente Giammattei, que él pregonaba que las vacunas ya venían, es quien prometió que ya el Fondo Ruso le había dado fechas, y cuando no se dio cumplimiento, él envió a su canciller Pedro Brolo a negociar con Rusia. O son tan ineptos que no saben por dónde investigar, o son tan perversos que pretenden inventar responsabilidades a otros por las decisiones que se tomaron a nivel de la presidencia y cancillería, y que al final no pueden defender su inacción por meses.
Se habla de los delitos que pudiera haber en torno a la compra –contrato, términos y demás–, pero se olvida muchas veces que la mayor parte de las vacunas se vencieron (Guatemala perdió más de Q400 millones por ello)… ¿de quién es la responsabilidad de que esto haya sucedido?: Guatemala no fue el único país en las que millones de dosis se vencieron, pero sí es uno de los países en las que se vencieron la mayoría de las dosis compradas. Las razones de estos vencimientos tienen que ver con la interferencia de la Presidencia en el actuar del Ministerio. En el 2007, el Ministerio de Salud del cual era parte la exministra Flores, vacunó a 7 millones de guatemaltecos contra la rubeola y sarampión en tan solo 3 meses. La única razón del fallo en el 2021-2022 tiene nombre y apellido: Alejandro Giammattei Falla.
Estados Unidos sancionó por “sobornos” en este caso a Miguel Martínez. ¿Cree que son justas las sanciones de EEUU por actos de corrupción en el Gobierno de nuestro país o las mira como una injerencia extranjera en asuntos del país?: Los Estados Unidos como un país soberano, puede sancionar a personas extranjeras de las que se tenga evidencia de ser actores corruptos y antidemocráticos que se oponen a su política exterior y a su estrategia de seguridad nacional. Países como Estados Unidos donan millones de dólares a Guatemala, y tienen inversiones estratégicas, y por tanto no es una injerencia querer defender esas inversiones. Así mismo, el llamado a la soberanía del expresidente, la otrora Junta Directiva del Congreso de Guatemala, y el Ministerio Publica es una hipocresía. En el Artículo 7 del contrato de Sputnik, el Gobierno de Guatemala, con la complacencia del presidente, vendieron la soberanía al indemnizar al Fondo Ruso sin autorización del Congreso. Este fue el argumento vociferado por el expresidente para no hacer contrato con Pfizer meses después.
A cuatro años de distancia de que todo aquello haya sucedido y con todo lo vivido… ¿lamenta su paso por Coprecovid?: Nunca lamentare mi paso por la Coprecovid. Vine al país y me entregué al servicio de los guatemaltecos, en un momento crítico, cuando el presidente y sus ministros no sabían ya más que hacer. Yo sabía que trabajar con un presidente con historia turbia seria riesgoso, pero no podía dejar de poner mis talentos y conocimiento al servicio de Guatemala. Tuve un equipo de profesionales del más alto nivel de compromiso y profesionalismo, y esa docena de individuos lo entregaron todo por la salud de los ciudadanos. Me hubiese arrepentido de no haber servido, de no haber podido contribuir mi grano de arena, lo que vino después, la negligencia y calamidad tiene nombres y apellidos, y ellos serán juzgados por la historia y por el pueblo.