Dos palestinos murieron en choques con las fuerzas israelíes en un «día de ira» que echó a las calles a miles de manifestantes luego de que el reconocimiento de Estados Unidos a Jerusalén como capital de Israel encendiera la llama de las protestas en Cisjordania, Gaza y la ciudad santa.
El viernes por la noche el ejército israelí indicó que interceptó un cohete disparado desde Gaza hacia su territorio. En represalia la Fuerza Aérea del Estado hebreo bombardeó posiciones del movimiento islamista Hamas en el enclave, causando heridas a 14 personas, según el ministerio de Salud de la autoridad de Gaza.
Poco después, el ejército israelí indicó que un cohete disparado desde Gaza impactó en la ciudad de Sredot (sur), aunque la radio pública israelí precisó que este no había explotado y que no causó víctimas.
La ONU está «muy preocupada por los riesgos de una escalada de violencia» en la región, dijo el coordinador especial de la ONU para la paz en Medio Oriente, Nikolai Mladenov, ante el Consejo de Seguridad reunido de urgencia en un video desde Jerusalén.
Los palestinos habían sido convocados el viernes en Jerusalén, Cisjordania ocupada y en la Franja de Gaza a un «día de ira». Fueron miles en enfrentar a los soldados y policías israelíes en choques que dejaron decenas de heridos y dos muertos.
Decenas de miles de personas manifestaron también en diferentes países musulmanes, desde Irán hasta Malasia. En todas partes, los manifestantes quemaron y pisotearon fotos del presidente estadounidense Donald Trump.
Las manifestaciones no son masivas en los Territorios palestinos o en el mundo musulmán, pero las protestas alimentan el temor de la comunidad internacional a que Trump haya abierto la caja de Pandora.
Rechazando «los sermones y lecciones», la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, repitió que Trump «no tomó posición sobre los límites o las fronteras» y que el «statu quo se mantiene en los lugares santos». Reiteró asimismo que EEUU sigue comprometido con el proceso de paz.
Dando la espalda a décadas de diplomacia estadounidense e internacional, Trump reconoció unilateralmente el miércoles a Jerusalén como la capital de Israel y anunció el traslado de la embajada de Estados Unidos a esa ciudad desde Tel Aviv. El secretario de Estado Rex Tillerson explicó que el traslado no se llevará a cabo antes de los dos años.
Una decisión que «no favorece la perspectiva de paz en la región» y «no es conforme a las resoluciones del Consejo de Seguridad», afirmaron el viernes los embajadores de Francia, Gran Bretaña, Italia, Suecia y Alemania en la ONU.
– Dos muertos –
En diferentes ciudades de Cisjordania, territorio palestino ocupado por Israel, como Belén, Hebrón, Jerico o cerca de Naplusa, grupos de decenas de manifestantes, muchos de ellos jóvenes con el rostro cubierto por pañuelos, lanzaron piedras a soldados israelíes que replicaron con disparos de balas de goma y balas reales, así como con gases lacrimógenos.
Dos palestinos murieron en las protestas del viernes, uno de 30 años al este de Jan Yunes por disparos israelíes, y el otro de 54 años falleció tras ser «herido en los choques en el norte de la Franja de Gaza esta noche», según el ministerio de Salud del enclave.
Otro palestino de unos veinte años, alcanzado por una bala en la cabeza en circunstancias similares está grave, dijo la misma fuente.
Las autoridades palestinas dieron cuenta de decenas de personas heridas por balas de goma o balas reales.
En Jerusalén hubo altercados violentos entre los manifestantes y la policías israelí, dentro y alrededor de la Ciudad Vieja.
– Centenares de policías –
Al caer la noche el sistema antiaéreo israelí interceptó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza hacia Israel.
Israel desplegó centenares de policías y soldados en Jerusalén y en Cisjordania.
Jerusalén y la Explanada de las Mezquitas, tercer lugar santo del islam, también venerado por los judíos como el Monte del Templo, cristaliza las tensiones entre israelíes y palestinos.
Israel extendió su control a la parte oriental de Jerusalén en 1967 y la anexó para proclamar luego toda la ciudad como su capital, lo que la comunidad internacional nunca reconoció.
Los palestinos quieren hacer de Jerusalén Este la capital del Estado al que aspiran.
Los dirigentes palestinos consideran que la decisión estadounidense condiciona las negociaciones sobre el estatuto de Jerusalén, una de las cuestiones más espinosas en la búsqueda de una solución al conflicto israelo-palestino.
Según ellos el que asumió su cargo proclamando su voluntad de alcanzar un acuerdo diplomático para la paz, ya no puede asumir el papel histórico de Estados Unidos como mediador en el proceso de paz.
Desde la creación de Israel en 1948, la comunidad internacional nunca reconoció Jerusalén como capital y siempre consideró que el «estatuto final» de la Ciudad Santa debía ser negociado.
El gran imán de Al Azhar, influyente institución del islam sunita establecido en El Cairo, anuló un encuentro previsto con el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, en una visita que éste debe hacer a Egipto el 20 de diciembre.
Un responsable del Fatah, el partido palestino más importante, afirmó que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, no recibirá a Pence en su próxima visita a la región.