La Administración de Servicios Generales de Estados Unidos (GSA, por sus siglas en inglés) ha comunicado al presidente electo, Joe Biden, que están preparados para iniciar el proceso de traspaso de poderes, aunque el todavía jefe de la Casa Blanca, confirmó que seguirá con su idea de impugnar las elecciones.
«Debido a los recientes episodios que involucran desafíos legales y confirmaciones de resultados electorales, determiné que puede acceder a los recursos y servicios postelectorales descritos en la Sección 3 de la Ley a solicitud«, dijo la jefa del GSA, Emily Murphy, en una carta dirigida a Biden.
La misiva, a la que tuvieron acceso los medios estadounidenses, supone el primer reconocimiento formal de la Administración de Donald Trump, que si bien vía Twitter recomendó a Murphy «hacer lo necesario con respecto a los protocolos iniciales«, insistió en que su idea de impugnar los comicios «continúa con mayor fuerza».
«Quiero agradecer a Emily Murphy de GSA por su firme dedicación y lealtad a nuestro país. Ella a quien acosaron y amenazaron, y no quiero que esto le suceda a ella. (…) Nuestro caso sigue con más fuerza. Continuaremos con la buena lucha y creo que prevaleceremos«, escribió Trump en sus redes sociales, poco después de conocerse la noticia.
La misiva de Murphy se produce también poco después de que el estado de Míchigan haya confirmado la victoria de Biden en las presidenciales, otorgándole otros 16 votos electorales, y a la espera de que Pensilvania haga lo propio.
La designación desencadena un proceso de transición de poder formal, con el que Biden y su equipo obtendrían acceso a los actuales funcionarios de las diferentes agencias, libros de contabilidad, informes, unos seis millones de dólares (poco más de cinco millones de euros) en fondos, y otros recursos del Gobierno.
Intimidaciones
Las intimidaciones sobre Murphy a las que hizo referencia Trump en sus mensajes en redes sociales, fueron notificadas a Biden.
En su carta al líder demócrata, la jefa de GSA, muy criticada y acusada de entorpecer el proceso, le notificó que recibió amenazas «por teléfono y por correo electrónico, con el fin de tomar esta decisión ‘prematuramente'».
Murphy defendió su independencia y negó presiones por parte de funcionarios de la Administración Trump o por parte de algún trabajador de la Casa Blanca, y justificó que bajo la actual legislación, la Ley de Transición Presidencial de 1963, «el rol de administrador de la GSA extremadamente limitado», por lo que pidió al Congreso una futura reforma de la misma.
«Desafortunadamente, el estatuto no proporciona procedimientos ni estándares para este proceso, por lo que busqué un precedente en elecciones anteriores, en las que estuvieran involucradas impugnaciones legales y recuentos incompletos», escribió.
Los demócratas
Por su parte, desde el Partido Demócrata, el director ejecutivo del equipo de transición Biden-Harris, Yohannes Abraham, ha celebrado la decisión afirmando que se trata de un «paso necesario» pues con este reconocimiento, la administración entrante obtiene «los recursos y el apoyo necesarios para llevar a cabo una transferencia de poder sin problemas y pacíficamente».
«En los próximos días, los funcionarios de transición comenzarán a reunirse con funcionarios federales para discutir la respuesta a la pandemia, tener una contabilidad completa de nuestros intereses de seguridad nacional y obtener una comprensión completa de los esfuerzos de la administración Trump para vaciar las agencias gubernamentales», ha comunicado.