Al contrario que el vigente campeón Rafael Nadal, el número uno del mundo, Novak Djokovic, decidió disputar el Abierto de Estados Unidos, segundo Grand Slam de una temporada de tenis completamente alterada por la pandemia de COVID-19.
Mediante un comunicado publicado en sus redes sociales Novak Djokovic confirmó su presencia en Nueva York a partir del sábado: primero para el Masters 1000 de Cincinnati, trasladado a la urbe de la costa Este del Estados Unidos (22-28 agosto), y después para el US Open (31 agosto-13 de septiembre).
Un anuncio que supone un alivio para los organizadores de un torneo que se verá privado por primera vez desde 1999 de Roger Federer, lesionado y que puso fin a su temporada, y de Nadal.
Diez días después, el serbio con 17 títulos de Grand Slam, tres de ellos en las pistas de Flushing Meadows (2011, 2015, 2018), se desmarcó este jueves de su rival español, que suma 19 ‘grandes’ en sus vitrinas.
El mallorquín renunció al US Open ante la situación sanitaria y la «locura» del calendario, que establece casi un encadenamiento entre el US Open y Roland Garros, precedidos de sendos Masters 1000 (Cincinnati y Roma), en apenas siete semanas.
Y todo ello luego de cuatro meses sin jugar.
Aunque ‘Nole’ reconoce «obstáculos» y «retos» ante la situación sanitaria ligada a la pandemia, y aunque su decisión no fue fácil, afirma estar «entusiasmado» ante la perspectiva de regresar de nuevo a la competición.
Parón desde marzo
«Entrené duro con mi equipo y estoy en forma. Así que estoy listo para adaptarme a las nuevas condiciones«, explicó Djokovic en un comunicado.
El US Open se disputará a puerta cerrada, con un protocolo sanitario estricto, que establece test de COVID-19 para los participantes antes de viajar a Nueva York, a su llegada y lo largo de su estancia, a razón de dos a la semana.
El serbio de 33 años contrajo a finales de junio el COVID-19 durante el Adria Tour, un torneo benéfico en los Balcanes que él mismo organizó, en medio de la polémica por la ausencia de medidas de protección; sin mascarillas, abrazos, fiestas entre los tenistas, estadio lleno…
Otros participantes también dieron positivo, como el búlgaro Grigor Dimitrov, el croata Borna Coric y el serbio Victor Troicki.
El US Open comenzará el 31 de agosto. Vigente campeón del Abierto de Australia y de Wimbledon, Djokovic había manifestado en un primer momento sus dudas sobre la conveniencia de disputar la etapa estadounidense sobre cemento debido a la pandemia de coronavirus.
«Entrené duro con mi equipo y estoy en forma. Así que estoy listo para adaptarme a las nuevas condiciones«, explicó Djokovic en un comunicado añadido en sus redes sociales.
Nueva York ha logrado sin embargo contener los niveles de contagio y mantenerlos por debajo de otras regiones del país como Florida o California.
Los cuadros masculinos y femeninos del US Open han vivido una verdadera hecatombe estos últimos días ante el riesgo sanitario: además de Nadal, Stan Wawrinka, Nick Kyrgios, Ashleigh Barty, Elina Svitolina o Kiki Bertens renunciaron a participar.
Este jueves se conocieron las renuncias a estar en el US Open de la canadiense Bianca Andreescu, campeona del torneo en 2019, y de la francesa Fiona Ferro, campeona el pasado domingo en el torneo de Palermo.
Los últimos torneos ATP disputados se remontan al 29 de febrero en Dubái -ganado por Djokovic-, Acapulco -ganado por Nadal-, y Santiago, en Chile.