Medio millón de personas se manifestaron este viernes en Barcelona, durante una huelga general convocada por los separatistas catalanes en la quinta jornada de protestas contra las pesadas penas de cárcel impuestas a sus líderes, salpicada por nuevos episodios violentos.
Escenario de los disturbios de la víspera, el lujoso paseo de Gracia quedó inundado por una marea amarilla, roja y azul, los colores de la bandera independentista. Según la policía municipal, la marcha reunió a 525 mil personas.
El ambiente festivo contrastaba con otra protesta con cientos de jóvenes a pocas calles, donde se quemaron barricadas provocando visibles columnas de humo y lanzaron objetos contra el cordón que custodiaba la comisaría central de la Policía Nacional.
Los agentes usaron pelotas de goma y gases lacrimógenos y detuvieron cuatro manifestantes, todos menores, señaló un portavoz policial. Los servicios médicos informaron de 25 asistencias sanitarias en Barcelona.
La ciudad se llenó este viernes de independentistas, muchos llegados en columnas de miles de personas que participaron en cinco marchas de un centenar de kilómetros iniciadas el miércoles en diferentes puntos de la región.
La manifestación era el punto álgido de la movilización contra la sentencia del Tribunal Supremo español, que el lunes impuso penas de entre 9 y 13 años de cárcel a nueve líderes independentistas por el intento fallido de secesión de 2017.