El sacerdote católico brasileño Mauro Verzeletti denunció haber recibido amenazas de muerte en Guatemala por brindar protección y albergue a miles de migrantes centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos en caravanas.
«El primer blanco era mi persona y luego seguiría personal de la Casa del Migrante», entidad humanitaria que dirige, afirmó el religioso sobre las amenazas, en una entrevista telefónica con AFP.
Verzeletti afirmó que recibió llamadas en las que «hacen serias amenazas con que van a desaparecer a todas las personas involucradas en el tema migratorio de la Casa del Migrante y a mi persona como director de la Casa».
Unos 3,000 hondureños partieron desde San Pedro Sula entre el 14 y el 15 de enero e ingresaron a Guatemala en su ruta migratoria.
Al llegar a la frontera con México fueron reprimidos por cientos de policías que les lanzaron hasta bombas lacrimógenas.
El religioso denunció a la fiscalía las «amenazas de muerte» y pidió apoyo a la Procuraduría de los Derechos Humanos.
A raíz de la denuncia el sacerdote y el personal cuentan actualmente con medidas de protección, indicó.
Verzeletti comentó que como activista por los migrantes comenzó a recibir amenazas en 2003, por lo cual la Comisión Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas cautelares.
Tales medidas se reactivaron con las caravanas migrantes, que comenzaron a finales de 2018, pero las tensiones crecieron con la llegada de hondureños y salvadoreños este año.
El religioso sseguró que en una semana se atendieron a más de 2.300 migrantes, antes de «recibir intimidaciones supuestamente de un grupo de personas» que conocían todos los movimientos del personal de la casa.
A pesar de las amenazas, Verzeletti afirmó que continuará con su trabajo a favor de los migrantes porque no «podemos dejar que el miedo nos tome porque realmente sería una victoria para la estructuras criminales».
También llamó a las autoridades de Guatemala y México para que respeten los derechos humanos de los migrantes y que no utilicen la fuerza policíal para reprimirlos.
Verzeletti denunció que «el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, usó la fuerza excesiva para controlar el flujo migratorio».
En Guatemala funcionan cuatro Casas del Migrante, una en la capital, otra en Izabal, fronteriza con Honduras, otra en Petén y la última en Tecún Uman, estas últimas fronterizas con México.