El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, ha expresado su «firme y absoluta» condena a la inclusión de la isla en la lista de Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo, una medida que considera «el colmo del cinismo» por parte de la Administración de Donald Trump.
Washington ha justificado esta medida en el apoyo cubano a guerrilleros del Ejército de Liberación Nacional (ELN) colombiano o a personas buscadas por graves delitos, por ejemplo la ‘pantera negra’ Assata Shakur, requerida por el asesinato de un militar estadounidense en 1973.
Díaz-Canel ha reaccionado este martes a través de Twitter para señalar que el bloqueo impuesto por parte de Estados Unidos a Cuba ya es en sí «terrorismo de Estado». «Y en el colmo del cinismo, los terroristas e inmorales de la Administración Trump nos acusan de patrocinar al terrorismo», ha ironizado.
Se ha sumado así a otras veces como la del ministro de Exteriores, Bruno Rodríguez, que calificó igualmente de «hipócrita y cínica» la medida norteamericana. En su opinión, «el oportunismo político de esta acción es reconocido por todo el que tenga una preocupación honesta ante el flagelo del terrorismo y sus víctimas».
Especulaciones
El Ministerio, en una nota más amplia, ha admitido que desde hace meses «se viene especulando» con esta medida, que sitúa a ojos de Estados Unidos a Cuba al nivel de Siria, Irán o Corea del Norte. Abre la puerta a la adopción de más sanciones y da carpetazo al aperturismo iniciado durante la etapa de Barack Obama en la Casa Blanca.
La Habana considera que Washington se arroga competencias «sin mandato o legitimidad alguna» con el objetivo de castigar a los países «que se resistan a doblegarse a los caprichos del imperialismo estadounidense». Es, ha añadido, «un acto soberbio de un gobierno desprestigiado, deshonesto y en bancarrota moral».
«La política oficial y conocida, y la conducta intachable de nuestro país, es el rechazo al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones, en particular el terrorismo de Estado, por quienquiera, contra quienquiera y dondequiera que se cometa», ha argumentado el Ministerio dirigido por Rodríguez, en una nota en la que incluso ha apuntado que «Cuba es un Estado víctima del terrorismo».
Altibajos en las relaciones
Las relaciones entre Cuba y Estados Unidos se rompieron en 1959 tras el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, a la que Washington respondió con un duro bloqueo y la inclusión del país en la lista de patrocinadores del terrorismo en 1962. Sin embargo, se habían restablecido en cierta medida durante la Administración de Barack Obama.
Bajo el mandato de Trump se han endurecido las restricciones y se han impuesto nuevas sanciones a las que hasta entonces no habían recurrido, bajo el argumento de estar presionando al Gobierno de Cuba para que ponga fin a violaciones contra los Derechos Humanos que se estarían cometiendo.
«La Administración Trump se ha concentrado desde el principio en denegar al régimen de los Castro los recursos que utiliza para oprimir a su propio pueblo y en contrarrestar su maliciosa interferencia en Venezuela y el resto del Hemisferio Occidental«, explicó el lunes el secretario de Estado, Mike Pompeo, en una comparecencia pública.
Con la inclusión de Cuba en la lista sobre terrorismo, Pompeo ha señalado que se está enviando «un mensaje muy claro» a La Habana y al resto del mundo: «El régimen de los Castro debe poner fin a su apoyo al terrorismo internacional y la subversión de la justicia de Estados Unidos».