Los astrónomos detectaron por primera vez vapor de agua en la atmósfera de un planeta situado en la «zona habitable» de su estrella, lo que constituye una nueva etapa en la búsqueda de señales de vida fuera del sistema solar.
Si bien todavía se conoce muy poco de las características de este exoplaneta ubicado a más de 100 años luz de la Tierra, el descubrimiento lo propulsa al rango de «mejor candidato» para la búsqueda de vida extraterrestre, según el estudio publicado este miércoles en la revista Nature Astronomy.
«Hallar agua en un mundo potencialmente habitable (…) nos acerca a la respuesta a la pregunta fundamental: ¿la Tierra es única?», se felicitó Angelos Tsiaras, del University College de Londres y coautor del estudio.
Las observaciones del telescopio espacial Hubble efectuadas entre 2016 y 2017 «nos permitieron descubrir que el planeta posee una atmósfera y que ésta contiene vapor de agua: dos buenas noticias en cuanto a la habitabilidad del planeta», explicó a la AFP Giovanna Tinetti, coautora del estudio.
«No se puede deducir que haya agua líquida en la superficie del exoplaneta pero creo que es muy posible», aseguró la astrofísica, también del University College de Londres.
El planeta, llamado K2-18b, está además situado en la «zona habitable» de su estrella, es decir, ni demasiado lejos ni demasiado cerca de su fuente de calor. Se halla allí donde la temperatura permite que el agua exista en estado líquido, lo que podría permitir el desarrollo de la vida tal y como la conocemos. Tiene por lo tanto una temperatura similar a la de la Tierra.
¿El primero de una larga serie?
Hallado en 2015 por el telescopio espacial estadounidense Kepler, el exoplaneta orbita alrededor de la estrella K2-18, una enana roja situada en la constelación de Leo, a 110 años luz del sistema solar (un año luz equivale a 9,46 billones de km).
Es ocho veces más grande que la Tierra, es decir, es una «Supertierra» como todos los exoplanetas con una masa comprendida entre 1 y 10 veces la de nuestro planeta. Está seguramente compuesto por silicatos, como la Tierra, Marte y Venus, y de hielo.
Hace apenas unas décadas, la idea de hallar agua en la atmósfera de planetas potencialmente habitables pertenecía a la ciencia ficción. Pero el camino sigue siendo muy largo antes de saber si estamos solos en el Universo.
Muchas expectativas están puestas en los telescopios de nueva generación, como el satélite TESS de la NASA, la misión ARIEL de la Agencia Europea Espacial (ESA) y el Telescopio Espacial James Webb.
«Con todas las nuevas Supertierras que esperamos descubrir en las próximas dos décadas, se trata seguramente del primero de una larga serie de planetas potencialmente habitables», según Ingo Waldmann, también coautor del estudio.
Y la aventura con el K2-18b todavía no terminó: queda por determinar la cantidad de vapor de agua presente en la atmósfera, la presencia o no de indicios de química orgánica, de oxígeno, de ozono…
«Por ahora, el único planeta que conocemos que alberga vida es la Tierra. Pero esto no quiere decir que para ser habitable, un planeta deba ser a la fuerza exactamente como ésta», según Tinetti.