Todos lo miran insistentemente y al mismo tiempo rumoran entre ellos. Mientras él tiene que soportar comentarios, miradas y según afirma hasta ofrecimiento de golpes.
Prefirió omitir su nombre cuando se le preguntó si frecuentemente lo confundían con el expresidente Otto Pérez Molina. Su parecido es sorprendente y afirma sentirse molesto cada vez que en un aeropuerto o en la calle mas de alguno piensa que es Pérez Molina circulando libremete, luego de haber sido capturado por el caso la Línea en septiembre pasado.
Al hablar tiene un marcado acento salvadoreño, que por más parecido que tenga al ex mandatario, se puede confirmar que no es quien parece.