Cuatro personas, entre ellas dos hermanos de la líder estudiantil belga-nicaragüense detenida Amaya Coppens recibieron «una brutal golpiza» por simpatizantes del gobierno y paramilitares, denunció este jueves un organismo de derechos humanos.
Un grupo de 15 hombres, algunos armados, agredieron a Santiago y Diego Coppens y a otros dos jóvenes la noche del martes durante una protesta para pedir la libertad de los «presos políticos», según un comunicado del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
El ataque ocurrió en la ciudad de Chinandega (noroeste) cuando los jóvenes realizaban una «protesta pacífica» con calcomanías del rostro de opositores detenidos y con frases en las que pedían «una Navidad en libertad», señala el organismo en el informe.
Mientras los jóvenes estaban en el suelo fueron amenazados amenazas de muerte: «Si corrés, son tres plomazos (balazos) que te vamos a pegar», contaron al Cenidh los afectados.
«Hubo gente que nos quiso apoyar… un (taxista) quiso ayudarnos y ellos estaban armados… les dijeron a todos que se fueran, que no dijeran nada o les iban a disparar» e hicieron disparos al aire, según el testimonio recibido por el Cenidh.
Tras la golpiza, los agresores llevaron a las víctimas a la estación de policía, donde quedaron retenidos hasta la medianoche del martes. Entonces fueron llevados a sus domicilios con la advertencia de que dijeran a sus familiares que la policía no les había golpeado.
El Cenidh condenó la agresión y calificó el hecho como una nueva «estrategia represiva» tras señalar que «los agresores sabían que eran los hermanos de Amaya Coppens, que se ha convertido en un símbolo de la resistencia a nivel mundial».
Coppens, de 25 años, fue detenida con otros 12 opositores el 14 de noviembre, cuando intentaba llevar agua a 11 mujeres que hacían una huelga de hambre en una iglesia de la ciudad de Masaya (sur) para pedir la libertad de más de 150 manifestantes.
Esta fue la segunda encarcelación de la líder estudiantil. Coppens fue detenida anteriormente durante las manifestaciones de abril de 2018 contra el presidente Daniel Ortega y fue liberada en junio pasado bajo una polémica amnistía.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) documentó en el contexto de las protestas la muerte de 328 personas, centenares de detenidos y más de 60,000 exiliados.