El candidato izquierdista a la presidencia de Bolivia Luis Arce, delfín del exmandatario Evo Morales, encabeza la intención de voto por amplio margen a casi un mes de las elecciones, según una encuesta nacional difundida este miércoles.
- Arce, quien fue ministro de Economía en el gobierno de Morales (2006-2019), tiene el 29.2% de las preferencias
- seguido por el expresidente de centro Carlos Mesa con 19%
- para los comicios del 18 de octubre, de acuerdo al sondeo de la fundación católica Jubileo y una red de universidades.
- En tercera posición está el derechista líder cívico regional Luis Fernando Camacho, con 10.4%
- y le sigue la presidenta transitoria de derecha Jeanine Áñez, con 7%, quien ha sido cuestionada por el manejo de la pandemia del coronavirus.
Otros cuatro candidatos tienen menos preferencias, entre ellos el pastor evangélico de origen coreano Chi Hyung Chung, con 3.2%, y el exmandatario conservador Jorge Quiroga, con 2%.
Los que votan en blanco o nulo, y los que no saben o no responden, son el 27.5%, según el sondeo.
La fundación Jubileo también asignó porcentajes en función únicamente de los votos válidos (excluidos los que contestaron que votarían en blanco, nulo o no saben), y en este caso el apoyo a Arce se eleva a 40.3% frente a 26.2% de Mesa. Camacho queda con 14.4% y Áñez con 10.6%.
Si estas cifras fueran las del día de votación, el exministro de Morales se adjudicaría la presidencia en primera vuelta.
La Constitución declara vencedor en primera vuelta al candidato que obtiene el 50% más un voto o el 40% de los sufragios con 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
De no haber vencedor en primera vuelta, habrá un balotaje el 29 de noviembre entre los dos candidatos con mayor votación.
De manera paralela, la Organización de Estados Americanos (OEA) anunció en Washington que desplegará en Bolivia de cara a los comicios una misión de observadores con 30 expertos en varios campos, como organización y tecnología electoral, financiamiento político-electoral, participación política de las mujeres, justicia electoral, estadística, medios y redes sociales.
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Alto número de indecisos
El Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales, que postula a Arce, recibió la encuesta «con gratitud al pueblo boliviano, después de tantas denuncias» del gobierno en contra del partido y sus candidatos, dijo su portavoz Sebastián Michel.
Sin embargo, destacó que «un 30% de indecisos es una señal y llamado de atención muy fuerte de atención para los políticos», porque significa que la gente necesita respuestas.
«¿Cómo salimos de la crisis, cómo generamos empleos y cómo volvemos a una estabilidad y futuro prospero que tenía Bolivia en una década?», se preguntó Michel.
Desde su exilio en Argentina, Morales pidió a sus seguidores recibir las encuestas «con humildad porque la derecha siempre acecha».
«Nuestro deber es seguir trabajando con mucho compromiso para recuperar la democracia y salir de la crisis», agregó en su cuenta de Twitter.
Otros partidos y candidatos no hicieron comentarios de inmediato.
Sondeo vetado en 2019
El sondeo difundido por Jubileo fue realizado con apoyo de las principales universidades públicas y privadas del país, y consultó a 15.979 ciudadanos, el mayor número de encuestados en la campaña en curso.
Otros sondeos han consultado entre 1,000 y 3,000 personas.
La encuesta de Jubileo se realizó del 3 al 7 de septiembre en áreas urbanas y rurales, y tiene un nivel de confianza del 95%, con un margen de error de 0.78%.
En la campaña del año pasado, la fundación Jubileo fue vetada de realizar encuestas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) de entonces, organismo denunciado de estar manejado por el gobierno de Morales.
El TSE argumentó entonces que la entidad ligada a la Iglesia católica no cumplía requisitos técnicos, pero la oposición dijo que se trataba de un intento del gobierno de silenciar a la fundación y favorecer la reelección de Morales.
Las elecciones presidenciales y legislativas de este año, que fueron postergadas tres veces por la pandemia, reemplazan los cuestionados comicios de octubre de 2019, que derivaron en protestas que condujeron a la renuncia de Morales.