La candidata demócrata Hillary Clinton se mostró calmada en el debate presidencial de anoche, y nuevamente superó a su rival republicano, Donald Trump quien no mostró ninguna superioridad y en varios pasajes dio respuestas con poca convicción y claridad.
Las encuestas de medios tras el último debate de campaña favorecen ampliamente a Clinton, quien incluso podría ampliar su ventaja en la intención de voto de cara a las elecciones del próximo 8 de diciembre . En cambio Trump ha visto crecer la oposición a su candidatura, incluso dentro del mismo partido republicano, en donde varios de sus líderes le han criticado públicamente.
Aspectos clave del debate
Los dos contendientes se presentaron con una imagen de serenidad ante el moderador, Chris Wallace, de la cadena Fox News, quien les cuestionó sobre temas de economía (empleo), política exterior, seguridad y migración, entre otros, sin mostrar en ningún momento inclinación o favorecer a alguno de los contendientes.
A diferencia de los dos debates anteriores, la ex Secretaria de Estado tomó la iniciativa en la mayor parte del debate y puso contra las cuerdas a un Trump que no dejaba de interrumpir y tenía respuestas poco convincentes. Se notó bastante incómodo ante este acoso y en algunas preguntas del moderador Wallace.
Nuevamente lució mal cuando Clinton le cuestionó por su trato irrespetuoso a las mujeres. El público, que se mantuvo callado, no pudo impedir las risas cuando repitió en dos ocasiones: nadie respeta más a las mujeres que yo. ¡Nadie!.
Tampoco pudo evitar un enredo de palabras cuando su oponente le criticó por lo que calificó como apoyo de Rusia y especialmente del presidente Vladímir Putin. Ni siquiera fue convincente en sus criticas por el uso de los correos oficiales del Departamento de Estado por parte de Clinton.
Por supuesto tampoco encontró la fórmula para avanzar en busca del voto latino. De nada sirvió que hiciera comentarios favorables para el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.
La ex primera dama se vio mal únicamente cuando Wallace se refirió al tráfico de influencias que había mostrado –y se podría repetir en caso de ganar las elecciones– la fundación Clinton. En vez de responder directamente a la pregunta, habló sobre la labor de la Fundación y el honor de representarla. Cuando parecía que Trump podía aprovechar el momento, se perdió nuevamente en ataques insustanciales.
Al final ambos se retiraron sin siquiera saludarse directamente, más allá de despedirse atentamente con el moderador.
Antes del debate, la ventaja de la candidata demócrata en las encuestas se situaba entre 6 y 8 puntos porcentuales, pero en las últimas semanas Trump ha mostrado una constante a la baja y el debate podría influir en que el margen se amplíe.