Debate en Francia en torno a un escritor abiertamente pederasta

El destacado escritor francés Gabriel Matzneff, que nunca escondió su gusto por el sexo con adolescentes, se vio envuelto en una gran polémica tras la publicación de un libro cuya autora narra el trauma que le acarreó mantener relaciones con él hace más de treinta años, cuando tenía 14.

Para muchos, el debate sobre el comportamiento de Gabriel Matzneff, de 83 años, no es nada nuevo, puesto que el ensayista nunca se ha privado de relatar con todo detalle, en sus obras, sus experiencias sexuales con adolescentes. 

En el libro «Consent», la editora Vanessa Springora, de 47 años, describe cómo fue seducida cuando tenía 14 años por Matzneff, que en aquel entonces tenía 36 años más que ella, y cuáles son las secuelas con las que le ha tocado vivir desde entonces.

El volumen saldrá a la venta el jueves en Francia, en plena era del movimiento #MeToo, que ha dado pie a multitud de testimonios de víctimas de abusos sexuales, tras décadas en las que, a ojos de mucha gente, reinaba una actitud excesivamente permisiva respecto a la explotación sexual. 

En uno de los casos recientes más sonados, la actriz francesa Adele Haenel acusó al director Christophe Ruggia de acosarla cuando tenía entre 12 y 15 años, por lo que presentó una denuncia contra él.

La controversia también se agravó en torno al cineasta Roman Polanski, fugado de la Justicia estadounidense desde 1978 tras admitir que violó a una niña de 13 años, tras el estreno reciente de su último filme «J’accuse» («El oficial y el espía»). 

También se está discutiendo cada vez más sobre las relaciones que mantenía el artista francés Paul Gauguin en la isla polinesia de Tahití con las chicas adolescentes a las que pintaba.

«Lidiar con la noción de víctima»

Durante años, Matzneff ha dado cuenta sin tapujos, en programas de televisión y en sus escritos, de su predilección por los adolescentes. A mediados de los años 1970, publicó un ensayo, que se hizo bastante conocido, llamado «Les moins de seize ans» («Los menores de 16 años»).

Pese a que Matzeneff siempre haya alardeado de tener una larga lista de conquistas, Springora es la primera persona en hablar abiertamente sobre sus experiencias con él. 

«Como si este periodo de mi vida no me hubiera destrozado bastante, ahora él tiene que documentar, falsear, registrar y grabar para siempre sus fechorías», señala la editora. 

«¿Cómo admitir que abusaron de ti cuando no puedes negar que diste tu consentimiento? ¿Cuándo sentiste deseos por este adulto, que se apresuró en aprovecharse de ti? Durante años, también tendré que lidiar con esta noción de la víctima», afirma.

Por su parte, Matzneff negó haber actuado mal y en una carta enviada al diario francés Le Parisien el domingo, denunció «unos ataques excesivos e injustos» y defendió la «belleza» de su relación con Sringora. 

Antes de que se publicara el libro, algunos ministros criticaron la actitud de Matzneff, alegando que su fama literaria no debería protegerle de asumir las consecuencias de lo que hizo.

«El aura literaria [no era] una garantía de impunidad», recordó el ministro de Cultura, Franck Riester, que manifestó su «apoyo» a «todas las víctimas» del escritor.

Adrien Taquet, secretario de Estado para la protección de la infancia dentro del Ministerio de Salud, alabó a Springora por haber alzado la voz. 

«Me gustaría que el fin del silencio, el fin de la impunidad (…) no terminará aquí», declaró en la emisora Europe 1.

«Patético»

La polémica también puso de actualidad unas imágenes de televisión, de 1990, en las que el conocido presentador francés Bernard Pivot, en su programa «Apostrophes», permite que Matzneff hable abiertamente sobre sus experiencias sexuales.

«¿Por qué estás especializado en las niñas escolares y los gatitos?», le pregunta Pivot en un tono animado. «Prefiero tener en mi vida a gente no tan curtida y más amable», responde Matzneff.

La única que expresa su disconformidad es la escritora canadiense Denise Bombardier que, furiosa, lanza: «creo que vivo en otro planeta (…) El señor Matzneff me parece patético». 

El alboroto por el comportamiento de Pivot, en la actualidad presidente de la Academia Goncourt, que cada año entrega uno de los galardones literarios más prestigiosos del país, no hizo más que crecer cuando, en un tuit, dijo que no lamentaba lo ocurrido, argumentando que la entrevista se produjo en una época y un contexto distintos. 

«En los 1970 y 1980, la literatura estaba antes que la moral. Hoy, la moral está antes que la literatura. Moralmente, es un avance», dijo. 

Al ver la airada reacción de los internautas, Pivot agregó más tarde que lamentaba «no haber tenido las palabras adecuadas» en el programa de 1990.

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